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En el sitio en el que cayó baleada María del Pilar Hurtado el viernes en la calle 2 sector La Esperanza en Tierralta (Córdoba) quedó el portacomidas rojo que llevaba para ella y sus dos hijos gemelos.

La mujer de 34 años se dirigía a las 7 a.m. –hora en el que ocurrió el ataque sicarial– al aserradero en el que hacía dos días había empezado a trabajar en oficios varios cuando fue interceptada por dos hombres armados que le dispararon en varias oportunidades ante la presencia de dos de sus cuatro hijos menores.

Tras el crimen, que caussó conmoción nacional, los menores protagonizaron dolorosas escenas de dolor ante el cadáver baleado de su madre.

Manuel del Cristo Berrío, de 52 años, compañero sentimental de María del Pilar, explicó a EL HERALDO que ella había decidido llevar a sus dos hijos gemelos al trabajo porque no tenía con quién dejarlos.

'No sabemos por qué la mataron, ella era trabajadora, no teníamos problema con nadie, solamente nos dedicábamos a trabajar por nuestros hijos', aseguró el hombre entre sollozos.

La mujer deja huérfanos a cuatro hijos fruto de tres relaciones sentimentales: un adolescente de 14 años, hijo de su primer esposo; con su segunda pareja concibió los gemelos de 12 años, y luego se comprometió con Manuel Berrío, con quien tuvo un niño que hoy tiene 5 años.