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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, FAO -por sus siglas en inglés-, estableció en su más reciente informe sobre el estado mundial de la seguridad alimentaria y la nutrición que 2,4 millones de colombianos, es decir el 4,8% de la población del país, padece hambre.

Indican así mismo las cifras que el número de niños menores de cinco años que presentan baja talla en el territorio nacional llega al medio millón.

El documento, sin embargo, muestra una disminución de la población subalimentada en el país: en 2006 unos 4,2 millones pasaban hambre, es decir un 43% menos.

Ubica además el reporte a Colombia en el puesto número 20 en inseguridad alimentaria entre 28 países de la región -el primer puesto es Haití- y entre los 170 países objeto del estudio está en el 102.

La región, no obstante, tiene un índice de 6,5% de población subalimentada, es decir más alto que Colombia en un punto porcentual y medio. Esto porque en Latinoamérica y el Caribe son 42,5 millones de personas las que padecen hambre, y en Venezuela se dan las cifras más graves de Suramérica: 6,8 millones de habitantes están subalimentados.

El ente del organismo multilateral contó en 820 millones de personas las que padecen hambre en el mundo y dice que este flagelo se debe al escaso crecimiento de la economía global, las migratorias de población y el cambio climático que afecta los recursos naturales, la productividad agrícola y la producción de alimentos.

La FAO advierte en el informe que la caída de los precios internacionales del petróleo, que empezó desde 2014, dificultó los ingresos en el país y las reservas en dólares, lo que llevó a la devaluación del peso frente a la moneda del país norteamericano y frenó el avance del PIB per cápita colombiano hasta 2017, así como la estabilidad de ingresos en los hogares y aumentó la inflación constantemente hasta 2016.