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El presidente Iván Duque instaló este sábado las sesiones ordinarias de la segunda legislatura de este Congreso y tres temas en particular hicieron reaccionar al pleno del Parlamento o al menos a la mayoría: el asesinato de líderes sociales, la labor de la fuerza pública y la propuesta de cadena perpetua para violadores y asesinos de niños.

El Salón Elíptico recibió al jefe de Estado con dos tipos de carteles: la oposición tenía fotos con líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados mientras que el oficialismo y algunos independientes sostenían carteles en apoyo a la cadena perpetua para agresores de menores.

Casi una hora después de lo previsto, como es a veces costumbre en el Legislativo, la comisión protocolaria fue a buscar al jefe de Estado y este llegó, como es también su costumbre, a saludar a todos los parlamentarios, incluyendo a los de la Farc.

De hecho, una de las primeras frases de Duque en su discurso, titulado ‘Crecimiento con equidad’ –su primer discurso ante el Congreso-, hizo referencia al asunto de la polarización política en el Capitolio y el país: 'No reconozco enemigos ni contendores políticos, mi deseo es gobernar con todos y para todos los colombianos'.

Acto seguido, el mandatario mencionó el Bicentenario que se cumple este año de la Batalla de Boyacá, una de las gestas independentistas nacionales: 'Somos con orgullo el Gobierno del Bicentenario, aprovechemos este momento de reflexión colectiva para construir juntos la nueva historia de Colombia'

Mientras tanto, el expresidente Álvaro Uribe, mentor de Duque, contrario al pasado reciente, cuando solía ‘trinar’ desde su curul críticas feroces y casi que desmentir en tiempo real el discurso de su sucesor Juan Manuel Santos, estuvo tuiteando las frases y cifras más importantes que daba su pupilo.

Reconoció el presidente los problemas que tiene el país con la violencia creciente: 'No podemos cerrar los ojos a los grupos armados azotando la geografía nacional, un crecimiento desbordado de cultivos ilícitos, un aumento en los homicidios de los líderes sociales, una sensación de inseguridad en muchas ciudades y un rechazo social a la corrupción'.

Pero sacó pecho con el hecho de haber detenido el crecimiento de los cultivos ilícitos y la producción de cocaína: 'Heredamos un área de 200 mil hectáreas de coca, y en 2019 por primera vez en siete años el área de cultivos frenó su crecimiento y hemos erradicado y sustituido más de 80 mil hectáreas en lo corrido del gobierno'.