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El 20 de julio como día de la Independencia nacional siguió suscitando inconformidades en la Costa Caribe, particularmente en Cartagena. En 1910, cuando se iba a celebrar el primer centenario, intelectuales y autoridades del departamento de Bolívar se resistieron con vehemencia a aceptar los acontecimientos ocurridos en Bogotá como exclusivos precursores de la Independencia de Colombia.

Estos cartageneros alegaban que la primera independencia inequívoca de Colombia había ocurrido en su ciudad el 11 de noviembre de 1811, cuando las autoridades de la época desconocieron al rey de España Fernando VII y se declararon libres, soberanos e independientes, a diferencia de los cabildantes santafereños, que en su declaración del 20 de julio de 1810 reafirmaron su lealtad al monarca español. En realidad, los cartageneros pecaban también de ‘centralismo’, pues la primera declaración de independencia había tenido lugar en Mompox el 6 de agosto de 1810

Varios factores se mezclaron y fueron agitando el clima de rechazo a una celebración que consideraban centralista, mientras sectores políticos reclamaban la autonomía administrativa de Cartagena, Las advertencias separatistas de la Costa fueron tomando popularidad en la prensa. El ambiente de rechazo de los cartageneros a la celebración del primer centenario del 20 de Julio alcanzó tal intensidad que el presidente de la época, Carlos E. Restrepo, se vio obligado a negociar con las élites de esta ciudad.

Dentro de la negociación quedó pactado el nombramiento de los cartageneros Simón Araujo y Jerónimo Martínez Aycardi en el gabinete ministerial.

Pero el ascenso de dos costeños al poder central fue solo una parte de la negociación. Restrepo, quien era antioqueño, sancionó la Ley N° 57 del 29 de septiembre de 1910, emitida por la Asamblea Nacional de Colombia, que declaraba 'fiesta nacional el 11 de noviembre de 1911, primer centenario de la proclamación de la independencia absoluta de la Madre Patria'.

La ley tenía tres artículos. La ley autorizaba al Gobierno para que 'dictara las medidas necesarias para que entidades y corporaciones pudieran participar de las festividades en Cartagena'. Y concedía 'la suma de 30 mil pesos al departamento de Bolívar por parte del Tesoro Nacional, para que la República contribuya a solemnizar aquella fiesta de la patria'.

Aunque la ley solo erigía en fiesta nacional la celebración del primer centenario, Cartagena mantuvo la tradición y se convirtió en una de las localidades pioneras en defender su día de independencia. Con posteridad se fueron realizando otras celebraciones de centenarios de transcendencia local en distintos puntos de Colombia.

Pero la región andina seguía con la intención de consolidar una fecha nacional que reivindicara la unión nacional que se veía resquebrajada y débil, sobre todo tras la separación de Panamá.

'Se vieron en la obligación de centralizar la representación fundacional de la república colombiana; de ahí que se inventaran la celebración del Centenario del 7 de agosto de 1819 como aquella fecha en que se dio la Independencia definitiva', según los académicos Román y Niño.