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La empresa portuguesa Mota-Engil, contratada en 2016 para construir 248 megacolegios en todo el país por unos $900 mil millones, renunció a la construcción de estas aulas porque, asegura, hubo incumplimientos del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa, Ffie, y por ello demandó a este ente estatal.

Asegura el consorcio, señalado en el escándalo de Odebrecht en Perú, que el Gobierno no ha dado los avales requeridos para que las obras de las 30 mil aulas se lleven a cabo y por ello no hay fondos para las construcciones.

La multinacional, que hasta ahora solo ha entregado 17 megacolegios y ha cobrado unos $150 mil millones, asegura que no ha abandonado las obras y culpa al Ffie del Ministerio de Educación.