Una organización campesina denunció este martes la 'tortura y asesinato' de uno de sus dirigentes a manos de militares, en el suroeste de Colombia, aunque el gobierno dijo que la muerte se produjo 'en desarrollo de una operación antiguerrilla' del ejército.
La víctima es Flower Trompeta y según la Asociación Nacional De Zonas De Reserva Campesina, murió el lunes en Corinto, municipio del departamento de Cauca, donde operan grupos armados financiados por el narcotráfico que se disputan el control territorial.
'El joven (...) fue presuntamente torturado y asesinado por miembros del Ejército Nacional', señaló la organización en un comunicado, sin precisar la edad del dirigente.
El caso está bajo investigación de la fiscalía, informó el ministro de Defensa, Guillermo Botero, quien sin embargo ofreció una versión diferente a la de los campesinos.
'Efectivamente esta persona fue muerta en desarrollo de una operación militar (...) antiguerrilla', aseguró Botero, en una entrevista con la emisora La FM.
El congresista Roy Barreras, de la Comisión de Paz del Senado, recogió las denuncias de los pobladores y aseguró en Twitter que al 'dirigente campesino se lo llevaron vivo de su parcela (...) unidades del ejército (hay testigos) y dos horas después aparece asesinado y con señales de tortura'.
La muerte del líder ocurrió justo cuando está en curso una investigación que involucra a militares en el asesinato de un excombatiente de las Farc, Dimar Torres, hace seis meses en el noreste del país.
Apoyado en el testimonio de soldados, el ministro Botero dijo en un principio que Torres murió en el forcejo con uno de ellos, a quien intentó arrebatarle el fusil. Pero el caso dio un giro y hoy se presume que fue asesinado en un retén militar.
El domingo, la Revista Semana reveló partes del chat que está en poder de la fiscalía y en el que un coronel da la orden de matar al exguerrillero, después de que un cabo -sin 'prueba alguna'- acusa a Torres de ser responsable de un campo minado en el que murió un soldado.
En el centro de un conflicto armado de más de medio siglo, las Fuerzas Armadas quedaron envueltas en el escándalo por la ejecución de civiles que hicieron pasar por guerrilleros.
La fiscalía ha documentado al menos 2.200 casos de civiles asesinados bajo esa modalidad entre 1988 y 2014, aunque el 60% sucedieron entre 2006 y 2008 bajo el gobierno del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010).