Una jueza de San Rafael, Antioquia, que ordenó suspender la venta del libro 'Dejad que los niños vengan a mí', sobre casos de pederastia que involucran a sacerdotes del departamento paisa, generó revuelo en todo el país.
Además, porque la disposición judicial pretende obligar al autor, el periodista Juan Pablo Barrientos, a que revele las fuentes de su investigación, que fue inicialmente presentada, en la emisora capitalina 'W Radio'.
La medida cautelar se produjo ante una tutela presentada por un excoordinador de monaguillos de la localidad antioqueña, argumentando la vulneración de derechos fundamentales de los sacerdotes señalados.
Ante la decisión del estrado, la Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, calificó la disposición como censura: '#AlertaFLIP | Un juez ordenó a @juanbarho que en un término de 4 horas revelara los datos de una de sus fuentes del libro 'Dejad que los niños vengan a mí', sobre casos de pederastia en la iglesia Católica en el país'.
Barrientos, por su parte, dijo en la emisora 'RCN La Radio' que un juez no puede ser editor: 'Dice el juez que hasta que él no evalué unas pruebas y lea el libro, se tiene que retirar de las librerías, lo que es censura previa, porque un juez no es editor, y si bien puede tomar la decisión en derecho, no puede anteceder a esa decisión unas medidas cautelares en las que le ordena a la editorial Planeta y a mí retirar el libro'.
Y anunció que no revelará sus fuentes, sobre todo, para protegerlas: 'Si alguien se le acerca a uno hacer con una denuncia, la cual se analiza, y pide ser protegida, lo debemos hacer (...). A los periodistas también nos corresponde defender con nuestra vida el secreto profesional y la fuente, por lo que si la decisión de la juez es que me tenga que ir a la cárcel o me sanciona, estaré dispuesto a acoger esta decisión'.