En medio de las protestas sociales del paro nacional que ya entran a su tercera semana y que piden, entre otras cosas, retirar del Congreso la nueva Ley de Financiamiento o Ley de Crecimiento Económico, incluso con anuncio de realizarse una ‘toma de Bogotá’ para el día en que se vote, los tiempos de la reforma tributaria están para que sea presentada para su último debate en las plenarias de Senado y Cámara la tercera semana de diciembre.
La semana pasada uno de los dos partidos independientes del Capitolio –que son los que inclinan la balanza para que pasen o se hundan las iniciativas de un Gobierno débil en gobernabilidad en el Legislativo–, Cambio Radical, coautor del antiguo proyecto de la Ley de Financiamiento y uno de los mayores contribuyentes en artículos de la Ley de Crecimiento, anunció tras una reunión con el presidente Iván Duque su respaldo a la iniciativa, con lo que las perspectivas para el Ejecutivo, sacudido en los últimos 15 días por las manifestaciones en las calles en gran parte por sus políticas económicas, mejoren de cara al trámite de la tributaria.
Además, la Casa de Nariño deberá expedir un decreto de convocatoria a sesiones extraordinarias en el Congreso, pues es la única manera de rebasar el límite ordinario del 16 de diciembre y poder disponer de toda esa semana, al menos hasta el 20, para que los plenos de las cámaras alta y baja alcancen a debatir y votar el articulado aprobado la semana pasada en primer debate, con mensaje de urgencia, en las Comisiones Terceras Conjuntas.
El apoyo de Cambio Radical a la iniciativa, que se fraguó en reuniones entre el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras y el exsenador Fuad Char, líderes de las dos alas de la colectividad rojiazul, junto a los votos de oficialistas y de la facción de La U gobiernista, pondrían las papeletas necesarias para hacer pasar la ley.
De hecho, el expresidente y senador Álvaro Uribe, líder del Centro Democrático, el partido de Duque, emitió este domingo un comunicado en el que le da su espaldarazo a la reforma.
'Es importante la devolución del IVA a las familias más pobres, lo que beneficiaría a más de 3 millones, si puede producir dos efectos: mejorar en 2 puntos el coeficiente Gini de inequidad distributiva y darles a esas familias una gran capacidad adquisitiva (...) Soy partidario también de que así como se le baja la cuota de salud a los pensionados de pensión mínima, a las altas pensiones se les suba la cuota de salud', dijo.