El asesinato de un exguerrillero de FARC generó temor en el espacio de reincorporación colectiva en donde residía en el noroeste de Colombia, denunció este sábado el partido surgido de los acuerdos de paz.
En un comunicado, la agrupación política informó que Manuel González, también conocido como Yair Cartagena, fue 'ultimado a tiros' la víspera cerca de la zona de reagrupamiento Román Ruiz, en el municipio de Ituango, Antioquia.
'Ante esto la comunidad de exguerrilleros que se encuentra adelantando su proceso de reincorporación está en zozobra y considera que estos hechos son un claro mensaje de intimidación para que se desplacen' del espacio de reincorporación, indicó la organización.
Padre de una niña de 10 meses, el fallecido era hijo del excomandante Manuel González, mejor conocido como Elmer Arrieta, candidato del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) a la asamblea departamental en las elecciones de octubre pasado.
Su cuerpo tuvo que ser desplazado de la vía por exguerrilleros ante la falta de atención de autoridades competentes para hacer el levantamiento del cadáver, denunció la FARC.
'Este hecho se suma a los acontecidos en el departamento de Antioquia ya que a la fecha han sido asesinados 19 exguerrilleros en proceso de reincorporación, de los cuales 11 han sido asesinados en el municipio de Ituango', según el boletín.
De momento las autoridades no se han pronunciado al respecto y se desconoce la identidad o los motivos de los agresores.
Con 1.407 homicidios, Antioquia es el departamento que registró la mayor cantidad de asesinatos entre enero y agosto de 2019 en el país, según el estatal Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Allí se disputan las rentas del narcotráfico y la minería ilegal guerrilleros disidentes, rebeldes del ELN y narcotraficantes de origen paramilitar.
La FARC ha denunciado insistentemente la falta de garantías de seguridad para los 7.000 combatientes que dejaron las armas bajo supervisión de la ONU con el acuerdo de paz de noviembre de 2016.
Desde entonces, van más de 170 exguerrilleros asesinados, según sus propias cuentas.