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La Iglesia propuso al Gobierno un plan piloto para abrir las puertas de los templos, que desde el inicio de la pandemia han permanecido cerrados en el país. El documento ya está en manos de una comisión del Ejecutivo, liderada por la jefe del gabinete presidencial, María Paula Correa, que evaluará la propuesta y determinará, de ser el caso, ajustes para adecuar el protocolo.

El documento fue presentado durante una reunión en días pasados en las que estuvo presente representantes de los ministerios de Salud, Interior, Comercio y la Confederación Episcopal de Colombia.

'Sostuvimos una reunión virtual con Confederación Episcopal de Colombia, Ministerio del Interior, Ministerio del Comercio, Minsalud y el consejero Vícto Muñoz para establecer de manera conjunta, el protocolo adecuado para la apertura de Iglesias para la práctica religiosa en el país', sostuvo en su momento Correa.

Pese a que el presidente Iván Duque ha sido reiterativo al decir que por ahora no se contempla la apertura de los templos, dicha comisión está estudiando el plan piloto presentado para dar una respuesta a la comunidad religiosa.

'El presidente determinó una comisión de diálogo, adelantamos los planteamientos y se debe esperar el aval definitivo del Ministerio del Interior y del Ministerio de Salud. Los borradores se presentaron el lunes y estamos a espera que se entregue una respuesta y así el Gobierno nos autorice para implementar el plan piloto', le contó el padre Jorge Bustamente, director del departamento de doctrina de la Conferencia Episcopal Colombiana, a EL HERALDO.

El padre Bustamante indicó que dicha iniciativa se dio principalmente por tres razones. La primera porque la El mismo pueblo católica está pidiendo que se abran los templos porque sienten la necesidad de orar para afrontar de una manera más esperanzadora las circunstancias actuales.

'La espiritualidad es un aspecto importante, no sólo importa el aspecto económico. No hay que descuidar la dimensión espiritual de los ciudadanos. Esto ayudaría a bajar los índices de violencia intrafamiliar, bajaría los niveles de dolor y de tristeza y es una manera de ayudar al pueblo colombiano', detalló el vocero de la iglesia católica.

La segunda razón que expuso el padre Bustamante es que al estar cerrados los templos, muchas obras de caridad se han visto afectadas

al no poder canalizar esos recursos de ofrendas para continuar apoyando estas iniciativas.

Y la tercera razón principal que precisó es que la Iglesia católica ofrece un 'alto número de empleos directos' que al estar cerradas las parroquias se podrían ver afectados tales contratos.

¿En qué consiste el plan piloto?

En el documento presentado al Gobierno, la Iglesia propuso tener en cuenta el municipio de Salamina, Caldas, para dar inicio al plan piloto de la apertura de los templos. Lo anterior, teniendo en cuenta que es un municipio en el que aún no se ha registrado ningún caso de coronavirus.

En dicho protocolo se tendría en cuenta el distanciamiento físico a 2 metros de distancia, la desinfección de los templos antes y después de las celebraciones religiosas, un punto de control al ingreso para tomar la temperatura y la desinfección de manos con gel y alcohol antes de entrar al auditorio.

El aforo, en la primera fase, sería del 30% y para poder participar de la misa, cada párroco podrá sectorizar a su comunidad o abrir un canal de preinscripción para saber quiénes participarían hasta que se complete el aforo estipulado.

Sobre la comunión, el padre Bustamante añadió que por tradición católica hay dos maneras de recibir la eucaristía: en la boca y en la mano. Por lo que, debido a las medidas de bioseguridad que se deben tomar por la pandemia, precisó que se recomendará que la recepción de la misma sea en la mano y evitando el diálogo directo para evitar salgan partículas de saliva. Es decir que la distribución de la eucaristía será en silencio.

Todas estas medidas aún no son definitivas, puesto que apenas corresponde a una propuesta de la Confederación Episcopal de Colombia que deberá ser evaluada por el Gobierno.

En Neira y Espinal, los párrocos han abierto sus iglesias con la autorización de los gobiernos locales. No obstante, la iglesia católica busca que se fijen unos lineamientos a nivel nacional para que más templos puedan abrir sus puertas.