La disyuntiva de los mandatarios locales en este momento de la pandemia en el país bien puede ser la de poner el énfasis en la mano dura y las estrategias de seguridad o en la pedagogía y la cultura ciudadana para contener el contagio del coronavirus.
Precisamente en el pasado puente festivo, según la Policía, hubo más de 2.280 fiestas en distintas latitudes del territorio nacional.
Y coinciden además en la actualidad los números en aumento de la afectación de la enfermedad en el país con las medidas de reactivación económica, lo que pone sobre la mesa otra aparente contradicción para gobiernos y autoridades.
EL HERALDO consultó las opiniones al respecto de sociólogos, expertos en seguridad y constitucionalistas.
El 70% en la informalidad
Para el antropólogo Fabián Sanabria el confinamiento 'tiene muchas dificultades en un país como este. En primer lugar hay que señalar que mucha gente, el 70% o más de la población, vive del rebusque, de la informalidad, entonces no podía romantizar la cuarentena como las clases medias establecidas o las clases medias en ascenso, o las clases relativamente altas que se iban para las fincas y que les decían a todos los demás ‘quédate en casa’. La gente tenía que trabajar, y al mismo tiempo había que saber que no había subsidios suficientes por parte del Estado central o de las municipalidades para cubrir las necesidades de primer orden'.
Además, critica el doctor en sociología que 'las pocas o muchas maneras como se cubrieron esas necesidades, en buena medida, fueron con un populismo de los políticos que nos gobiernan, quienes han mantenido todo tipo de posiciones, desde que era una gripita hasta confinarnos radicalmente con alertas naranjas en ciertos sectores de algunas ciudades hasta pretender reactivar la economía con una medida tan ridícula como los días sin IVA'.
No hay cultura ciudadana
El coordinador del Centro de Seguridad y Democracia de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda, César Niño, considera que la disciplina social 'se perdió desde el momento en que Colombia no posee una cultura ciudadana en la cultura política lo suficientemente sólida, además que estamos en unas condiciones lo suficientemente precarias en cuanto al dilema entre economía y salud pública'.
Agrega al respecto el experto en seguridad que 'la población tiene dos maneras de entender la relación con el otro, y una tiene que ver con la coexistencia y otra con la supervivencia, entonces nos dimos cuenta de que Colombia es un país que no está acostumbrado a la disciplina social y eso es fundamental para sobrepasar cualquier problema de seguridad en términos de salud pública'.
Afectación de derechos
El expresidente de la Corte Constitucional, José Gregorio Hernández, pone de presente que las medidas dictadas sobre confinamiento y cierre de vías y de vuelos 'afectan los derechos fundamentales de locomoción y de entrar y salir del territorio. Pero pueden ser restringidos por la ley. En este caso las adoptó el Gobierno, mediante decreto administrativo, como forma de protección a la vida y a la salud de las personas.
A mi juicio, ha debido ser por decreto con fuerza de ley, pero el decreto y los que lo prorrogaron no han sido suspendidos ni anulados por la jurisdicción de lo contencioso administrativo'.
Advierte por su parte la experta en derecho público Luisa Fernanda García que 'está el otro planteamiento de que el aislamiento obligatorio genera una crisis económica y es el segundo problema que hay que enfrentar, en la medida en que un poco ya superada la cuarentena y la primera fase de propagación del virus hay una necesidad de reactivar la economía, sobre todo en un escenario como el colombiano'.
¿Reactivación, la culpable?
Para el constitucionalista José Gregorio Hernández, 'las medidas para la reactivación económica han sido precipitadas, improvisadas y en algunos casos imprudentes, como la del día sin IVA, calculada para fechas que coinciden con la época más grave de contagios. Pero también se requiere responsabilidad y disciplina por parte de las personas. Conductas imprudentes e innecesarias constituyen una amenaza para la comunidad, y en no pocos casos verdaderas agresiones'.
El escritor y catedrático de la Universidad Nacional Fabián Sanabria se pregunta: ¿De qué vive la economía colombiana? Sería justo confesar qué está pasando con la economía ilícita colombiana, que ha sostenido durante tanto tiempo la economía. Este país vive de las divisas de los extranjeros, colombianos que viviendo afuera les mandan plata a sus familias, pero también vive del contrabando y del narcotráfico'.
El sociólogo Jorge Bolívar coincidió en las críticas al día sin IVA: 'La población salió a darle rienda suelta a su cerebro primitivo que le pide libertad, que le obliga a ser gregario, a estar con los otros, y al neocerebro que le exige complacer las necesidades creadas e impuestas por la propaganda. Y para el Gobierno el día sin IVA fue exitoso porque hubo ventas por más de $5 billones. La política pública del Gobierno parece privilegiar la actividad económica sobre la salud y la vida. Y si queremos ser productivos debemos cumplir el aislamiento, la distancia social'.
César Niño, Ph.D. en derecho internacional, defendió en cambio la medida de reactivación: 'No es culpa del Gobierno el desorden y la horda de ciudadanos en los diferentes establecimientos, sino que tiene que ver con que la población no fue lo suficientemente coherente con las estructuras epidemiológicas, y cuando se habla de condiciones de ofertas en los mercados, estamos por debajo de cualquier sentimiento de solidaridad con la salud pública en general'.
¿Qué hacer?
La constitucionalista y catedrática de la Universidad del Rosario Luisa Fernanda García señala que generar las estrategias para frenar el contagio 'es el desafío más grande en este momento, sobre todo de los alcaldes, porque como ya salimos del estado de emergencia el manejo del orden público les corresponde a los alcaldes y gobernadores'.
Para el magíster en seguridad y defensa César Niño, ni la mano dura ni la pedagogía van a servir 'si no hay una evolución de nuestra configuración de nación y nuestra configuración social como colombianos: el colombiano no está acostumbrado a este tipo de escenarios como sí pasa en algunos contextos europeos, porque su historia de dos guerras mundiales los ha llevado un poco a la disciplina social y por supuesto a la solidaridad común, cosa que no sucede en Latinoamérica y mucho menos en Colombia'.
El exmagistrado José Gregorio Hernández advierte que en cuanto a la disciplina social 'el Gobierno nacional no puede descargar las responsabilidades por sus decisiones equivocadas o mal planificadas ni en las personas ni en los alcaldes, como se ha venido haciendo. El ejercicio del gobierno implica responsabilidades. Y en emergencia económica, así lo señala claramente el artículo 215 de la Constitución'.
Y el sociólogo Fabián Sanabria cree que 'es absurdo pretender militarizar o pretender atemorizar a la población: debería haber un salario mínimo integral para las familias, que se pague con los impuestos de los colombianos, como lo han hecho los estados donde de verdad hay Estado; de lo contrario la gente no va a respetar ninguna cuarentena, que los políticos y los alcaldes se preocupen por controlar el transporte público, no por controlar a la población. La mayoría de nuestros líderes no han estado a la altura de las circunstancias y es la ciudadanía la que se debe cuidar a sí misma, no autovigilar como una red de ‘sapos’ dispuesta a decirle al superior lo que el hermano o el prójimo hace'.