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Desde el pasado 25 de marzo Colombia se encuentra bajo un periodo de aislamiento preventivo obligatorio por motivo del Covid-19, en donde el objetivo es separar y restringir el movimiento de personas para reducir así la velocidad de propagación del virus que causa la Covid-19 a través de la reducción de la tasa de contactos a nivel poblacional.

Pero además, este fue un periodo que fue aprovechado por el Gobierno Nacional para incrementar la capacidad del sistema de salud, ampliar la red de laboratorios, fortalecer los planes de respuesta y la vigilancia epidemiológica.

Destaca Julián Alfredo Fernández Niño, director (e) de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud y Protección Social, que en Colombia se le llamó aislamiento preventivo a la cuarentena generalizada con distintos grados de flexibilidad, pero es importante aclarar que no es lo mismo que el aislamiento, puntualmente hablando. En nuestro país entonces pasamos de aislamiento generalizado con excepciones a aislamiento selectivo.

En este sentido, Fernández Niño precisó que aislamiento es separar solamente a personas enfermas o potencialmente enfermas (expuestas) durante un tiempo para reducir la probabilidad de que contagien a otras personas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) amplían un poco más la definición, indicando que el objetivo de esta intervención es separar a las personas con una enfermedad contagiosa de las que no están enfermas.

Al igual que las cuarentenas, el aislamiento tiene como objetivo reducir la velocidad de transmisión, pero es mucho más selectiva. Sin embargo, para que sea efectiva requiere de una alta capacidad de rastreo de casos y contactos, pero además de garantizar el aislamiento.

En síntesis, Fernández Niño explica que 'las cuarentenas en Covid-19 abarcan separar sanos de potencialmente enfermos y expuestos, disminuyendo la tasa de contactos, cubriendo a casi toda la población; por su parte, el aislamiento (a secas) es para un grupo más específico: casos confirmados y sospechosos (incluyendo aquellos asintomáticos), y sus contactos, quienes deben aislarse en su casa durante 14 días, que es el tiempo en que una persona puede ser contagiosa', sostuvo.

De esta manera, la palabra cuarentena hace tiempo dejó de hacer referencia a 40 días, que eran los que debían pasar las personas separadas cuando se sospechaba que estaban infectadas por enfermedades como la peste bubónica durante la pandemia negra en la ciudad de Venecia (Italia) en el siglo XIV y que con el tiempo el terminó se fue acuñando en la medicina y la salud pública.

'El origen era separar personas que llegaban en barcos potencialmente infectadas, de las sanas en el puerto, hasta tanto no se estuviera certeza que estuvieran sanas', explicó Fernández. 'Como muchos términos en Salud Pública, el uso ha evolucionado, para la idea básica de separar potencialmente sanos de enfermos para reducir la propagación sigue vigente varios siglos después'. Se entiende así que las formas de aislamiento como método para controlar la propagación de enfermedades y plagas datan de tiempos remotos, siendo aplicadas desde entonces con diferentes periodos de duración y para distintos casos. Destacando que la mayoría de las enfermedades tienen un periodo de incubación menor a 40 días.

Rastreo de contactos

Otra de las estrategias epidemiológicas que se ha utilizado para otras infecciones, más allá del Covid-19 y que es requerido para el aislamiento selectivo y sostenible, es el rastreo de contactos que, según la Organización Mundial de la Salud, es el proceso de detectar, evaluar y decidir qué hacer con las personas que se han expuesto a la enfermedad a fin de evitar que la transmisión continúe.

Fernández Niño añadió que esta medida consiste en encontrar a las personas que tuvieron diverso grado de contacto con un caso confirmado o sospechoso de Covid-19 para informarle de su exposición, promover el autoaislamiento, evaluar su nivel de riesgo, verificar que tenga las condiciones para cumplir el aislamiento y aplicar pruebas, según el aplique en cada caso.

'En el caso del núcleo familiar, al ser contacto de alto riesgo se debe aislar inmediatamente a todos sin necesidad de prueba, con excepción de aquellas personas con factores de riesgo', indicó.

Cuando esta medida se aplica sistemáticamente, interrumpe la cadena de transmisión de una enfermedad infecciosa y por lo tanto representa un instrumento esencial de salud pública para controlar los brotes epidémicos, destaca la OMS.

'Este es el objetivo del programa PRASS, pero debemos aclarar que su pilar es el aislamiento, no las pruebas. Es el aislamiento selectivo y sostenible lo que puede cortar las cadenas de transmisión', manifestó Fernández.

Para que sea efectivo el rastreo y el aislamiento, añadió, debe hacerse lo más pronto posible desde que el caso es sospechoso y mantenerse durante la mayor parte de los 14 días, o sólo antes, si hay una prueba negativa.

Sin embargo, esta medida de salud pública aunque parezca exclusiva para el control del Covid-19, no es así. Es un programa de control de infecciones antiguo usado, por ejemplo, para la erradicación de la viruela en los años 70 y que se logró a través de control focalizado mediante el cual se identificaban nuevos casos de la enfermedad.

De esta manera, el rastreo y aislamiento de contactos es una herramienta poderosa para cortar la transmisión del Covid-19. 'Incluso Colombia viene aplicando esta estrategia desde hace décadas para el control de otras enfermedades y retrasar la propagación de infecciones', concluyó Fernández Niño.