El ministro de Salud Fernando Ruiz explicó los aspectos generales del protocolo de bioseguridad para el regreso a las aulas de clase en instituciones educativas
Escalonar tiempos de ingreso y salida de personas y vehículos para evitar pérdida del distanciamiento físico que conlleve a aglomeraciones y aumento en la tasa de contagio de Covid-19.
Además, se debe priorizar el trabajo individual, en parejas o grupos pequeños para minimizar la posibilidad de contacto físico.
Por otro lado, las instituciones de educación superior con residencia o alojamientos deben tener espacios de aislamiento para asegurar el distanciamiento y seguir el protocolo cuando se presenten casos.
'Nosotros hemos mantenido como estrategia esencial el distanciamiento de niños, niñas y adolescentes como factor fundamental para poder contener la epidemia, pero según la literatura científica y técnica éste tiene unos impactos que deben tenerse en cuenta para poder dimensionar y tomar decisiones frente a lo que implica la necesidad del regreso a clases', expresó Ruiz.
En primera instancia al abordar el distanciamiento física en seres altamente sociales como los niños, niñas y adolescentes se debe tener en cuenta la manera en la que se ve afectada la salud física en los menores, al dificultarse los vínculos y el contacto social.
'Según encuestas nacionales, el 88% de los niños, niñas y adolescentes presentan signos relacionados con salud mental en el comportamiento', indicó el ministro.
Uso del tapabocas, establecimiento de horarios para lavado de manos, no compartir alimentos, guardar el tapabocas en bolsa de papel mientras se come, evitar tocarse la cara, la nariz o evitar frotarse los ojos, distancia física de al menos 2 metros con otras personas, no recomendable el uso de guantes excepto las personas de limpieza, son algunos de los principales parámetros.
Según el Ministerio de Salud, socializar las medidas a la comunidad educativa en la que pueden existir posiciones y prejuicios que se deben discutir con base en la evidencia para poder generar el proceso de apertura, considerando las diferentes implicaciones que tendría tanto para los estudiantes como para los docentes.
Asistencia solo de quienes no presenten síntomas, en cuanto a medidas locativas, el suministro de agua potable para el consumo, la limpieza y desinfección de tanques y toda la infraestructura educativa, disposición de insumos para la higiene, limpieza y desinfección, ventilación, señalización y distanciamiento entre pupitres y comedores para tener un menor contagio.