En lo que parece haber plena coincidencia entre las víctimas y la opinión pública en general del país es en que los exparamilitares que no hayan dicho toda la verdad en Justicia y Paz deben decirla completa y cuanto antes.
Los matices y las discrepancias están en dónde lo deben decir, bajo qué condiciones y a cambio de qué prebendas.
Los ex-AUC que quieren entrar en la JEP, con lo que recibirían los beneficios jurídicos que también recibirían los ex-Farc, son Salvatore Mancuso, ‘Jorge 40’, ‘Macaco’, ‘Nicolás’, ‘Martín Llanos’ y su hermano y su padre, Nelson y Héctor Buitrago, todos presos y con procesos de largo aliento ante la justicia ordinaria.
¿Lo mismo que antes?
El experto en seguridad, Néstor Rosanía plantea que 'los exparamilitares han dicho que quieren ingresar a la JEP para llegar a contar todas las verdades, pero el temor es que lleguen a hacer lo mismo que en Justicia y Paz, que es contar dos verdades mínimas y ganarse los beneficios'.
Y lanza la hipótesis de que 'puede ser que la estrategia de los paramilitares es ganarse los beneficios y armar su partido politico'.
'Sacarse la espinita'
Jorge Iván Cuervo, politólogo, explicó que 'en la JEP hay tres escenarios: si cuenta toda la verdad le dictan sentencia condenatoria, pero sin cárcel, y la verdad es que como no ha salido ninguna sentencia entonces no se sabe cómo va a ser; si cuentan la verdad a medias, digamos, entramos a un escenario parecido al de Justicia y Paz y se produce una condena entre los 5 y los 8 años; y si la persona va a la JEP y no dice nada, la máxima condena es de 20 años. Entonces todos son incentivos para quienes tienen condenas mayores'.
También pone de presente el analista político que 'los que fueron extraditados deben tener coloquialmente hablando esa espinita y deben querer sacársela'.
'Buscando beneficios'
El penalista Jorge Abello señala que los ex-AUC que 'deben cumplir condenas extensas están buscando obviamente beneficios después de haber perdido esas oportunidades con Justicia y Paz'.
Sin embargo, advierte el experto que 'al mismo tiempo se abre la posibilidad de falsos testigos y persecuciones por declaraciones de estas personas en relación con el financiamiento que pudieron haber recibido de civiles y de los políticos'.
¿Financiadores?
El experto en seguridad César Niño precisa que los exparamilitares 'pueden ingresar a la JEP si demuestran que financiaron, organizaron y auspiciaron la conformación de grupos armados. Eso no es difícil de demostrar. La JEP aceptaría sus relatos y participación si se comprueban como terceros civiles, desde 1996 a 1998, antes de ingresar a las AUC'.
Por último, coincide en que 'esa idea de ellos, de pedir pista, sin duda es una elección racional para buscar beneficios judiciales, reducciones de pena y demás. Habrá que observar que lo que tengan para decir no sea lluvia sobre mojado'.
'No cierra la puerta'
La abogada penalista Luisa Fernanda Caldas pone de presente que 'la JEP no cierra de manera absoluta la posibilidad de que eventualmente pudiera ampliar su competencia y uno podría pensar en la posibilidad de que más adelante, en pro del principio de la paz y la justicia, y de averiguar la verdad, se admitiera a un exmiembro de las AUC'.
'Información cierta'
Jairo Libreros, analista de seguridad, advierte que la idea de los exparamilitares 'es obtener unas ventajas judiciales no solo para reducir condena, sino también para insertarse a la sociedad. Estoy seguro de que estas personas ni tienen la información que dicen tener ni están interesadas en entregarla, pero la justicia transicional es la oportunidad para las personas que cometieron delitos de lesa humanidad, y si aportan verdad y entregan datos que son relevantes se hacen acreedores a los beneficios. Desde lo procesal lo importante es que entreguen información que sea cierta y veraz'.
Al tribunal | Víctimas votan sí
Adil Meléndez, representante de víctimas del paramilitarismo en Bolívar, afirma: 'He hablado con muchas víctimas del Caribe y todas son del criterio de que sean admitidos en el tribunal de paz los ex-AUC a condición de que digan la verdad, se sometan a la justicia y puedan reinsertarse a la vida civil. La entrada a la JEP de los máximos responsables históricos del paramilitarismo es una necesidad que reclaman a gritos las víctimas, es un imperativo para esclarecer ese matrimonio entre políticos, empresarios, fuerza pública y grupos armados, es hilar muy delgado en torno a sobre cómo la élite política nacional creó ese monstruo peor so pretexto de vencer a la guerrilla, a partir de un exterminio de toda oposición'.