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A finales de la década de los 60´s la Sierra Nevada de Santa Marta, SNSM, sufre una fuerte ocupación por parte de colonos del interior del país, facilitándose su acceso, gracias a la recién denominada Troncal del Caribe, con gran número de caseríos alrededor de la vía.

En este escenario se produce a gran escala la explotación marimbera en un marco de desidia estatal, y se produce la industrialización en la producción y exportación de grandes cantidades de marihuana hacia ciudades de los Estados Unidos.

Fue hasta 1985, año en que la creciente demanda de la cocaína hizo caer en decadencia el envío masivo de la marimba.

Esta dinámica económica fue semillero para que grupos armados de forasteros iniciaran un proceso de autodefensas campesinas en la región.

De aquí en adelante en esta región las pugnas por los negocios ilícitos y las diferencias personales entre los miembros de estas familias que pretendían demostrar poderío y control sobre las otras, generarían una violencia sin precedentes, volviéndose usual los homicidios en la Sierra Nevada de Santa Marta y en las poblaciones del pie de monte como

Dibulla, Mingueo, Palomino en La Guajira y los caseríos que conforman el corregimiento de Guachaca, así como en el casco urbano del Distrito de Santa Marta.