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Uno de los más duros dilemas de la pandemia está planteado en la decisión de padres, colegios, Gobierno y expertos de enviar o no a los niños a las escuelas y jardines infantiles.

¿Qué tanto pueden contagiarse y llegar a fallecer, contagiar a sus familiares de edades y/o comorbilidades de riesgo? ¿qué tan bien están aprendiendo en la virtualidad?, ¿qué pierden al no tener interacción con sus similares?, ¿qué pasa con los estudiantes de sectores vulnerables o de lo rural que no pueden acceder a la internet o a un dispositivo para conectarse?

EL HERALDO conversó con la ex viceministra de Educación Isabel Segovia; con Carlos Ballesteros, presidente de la Confederación Colombiana de Padres de Familia y con el médico epidemiólogo Jorge Martín, quienes tienen visiones muy distintas sobre estos y otros interrogantes que deja esta crisis mundial por la pandemia del coronavirus en el sector educativo.

Las cifras oficiales. Por covid-19, confirmados por el Ministerio de Salud, han muerto 142 menores de edad con corte al pasado 28 de enero: 35 que aún no cumplían el año, 36 que tenían hasta los 9 años y 71 hasta los 19 años.

Este número de 142 niños muertos; sin embargo, puesto en perspectiva con el de los 52.523 colombianos fallecidos por coronavirus, representa solo un 0,2% de los decesos.

Entre tanto, con corte a la misma fecha, han resultado contagiados en el país 196.833 menores: 7.489 bebés, 56.611 niños hasta los 9 años y 132.733 hasta los 19 años.

'Sopesar males'

Para Segovia 'hay un tema de desinformación muy grande, porque la evidencia cada día muestra más que los niños no son vectores, se contagian mucho menos y cuando les da, les da muy suave. Normalmente cuando los niños se complican son niños que tienen otro tipo de comorbilidades, y esos niños pues obviamente en este momento todavía no deberían estar asistiendo a las instituciones educativas, pero no por unos pocos los demás deben quedarse en sus casas'.

La exviceministra agrega que al inicio de la pandemia el miedo reinó y no se tenía claridad sobre las consecuencias del virus sobre los niños: 'Siempre se asumió que eran iguales a las de otras condiciones respiratorias, que les dan muy duro a los niños, y en que los niños sí son vectores de contagio. Me parece que el tema es de actualizar la información, de leer, de empezar a tranquilizarse y sobre todo de sopesar males: el mal que les hacemos a los niños al dejarlos encerrados y no llevarlos a las instituciones educativas es mucho mayor que el riesgo que tienen de enfermarse, contagiarse o enfermar a otros. En este momento hay que empezar a cambiar el chip mental que tenemos de esa angustia y ese miedo, y personalmente creo que la única forma de lograrlo es abriendo las instituciones'.

La excandidata a la vicepresidencia también señala que 'se comprobó en los pilotajes que se hicieron en varias ciudades a finales de año, en donde cada día llegaban más niños, y no contribuyeron de ninguna manera al aumento de casos que se genera en este momento, que realmente están relacionados con el tema de diciembre'.