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Durante su camino al calvario, Jesús de Nazareth sufrió la flagelación, la humillación, el dolor de la corona de espinas y el cargar con una pesada cruz que incluso él, el hijo de Dios, cansado y exhausto, llegó a su máximo de resistencia y tuvo que compartir su peso con Simón de Cirene, quien la levantó y le ayudó a llevarla hasta el lugar donde sufriría la agonía máxima de la crucifixión

Es así como la creencia católica le dio fuerza a la significación de 'cargar la cruz' en lo icónico, lo metafórico y lo simbólico, derivada de la misma conceptualización y popularizando frases como 'cada quien carga su cruz', haciendo alusión a que todas las personas tienen que sobrellevar una situación difícil en su vida.

Nadie está exento de 'llevar una cruz a cuestas', y en un país como Colombia, con un conflicto armado histórico, son muchos los sectores que llevan en su hombro el peso de la guerra. En el caso específico de los líderes sociales, políticos y comunales y los excombatientes de la extinta guerrilla de las Farc, el peso de esa cruz, al igual que la de Jesús, se volvió demasiado excesivo para soportarlo, pero estos no tienen un Simón de Cirene que les ayude a sobrellevar el latente temor de ser asesinados.

Según registros del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), durante el primer trimestre del 2021 fueron asesinados 37 líderes y lideresas y 13 firmantes del Acuerdo de Paz. Asimismo, el 2020 cerró con las alarmantes cifras de 310 dirigentes sociales asesinados y 64 ex-Farc victimas de homicidio selectivo.

De acuerdo con datos de la ONU, más de 130 líderes fueron asesinados durante todo el año, con 74 en proceso de verificación, mientras que la Defensoría del Pueblo reportó, entre enero y septiembre del 2020, 139 asesinatos.