'Hemos decidido no desmovilizarnos, continuaremos la lucha por la toma del poder por el pueblo y para el pueblo; independientemente de la decisión que tomen el resto de integrantes de la organización guerrillera', reza en un comunicado emitido el 10 de junio de 2016 por el Frente Primero Armando Ríos de las Farc-Ep y que fue el punto de quiebre que dio inicio a uno de los mayores retos de un proceso de paz: el nacimiento de las disidencias y las disputas territoriales por la ausencia del poder.
Posterior al proceso de desarme, se vio una disminución de los escenarios de violencia en el país, que poco a poco se han ido agudizando por cuenta de las reconfiguraciones armadas, especialmente en zonas dominadas anteriormente por las Farc y que hoy son escenarios de disputa para su control.
Desplazamientos, masacres, aumento de cultivos ilícitos, asesinato a líderes, confinamiento de poblaciones, son algunos de los crímenes que se han convertido en noticia del día a día para los colombianos y en los que, de manera directa o indirecta, siempre hay un grupo de las disidencias de las Farc involucrado.
Las cifras hablan por sí solas, en materia de desplazamiento a mediados de julio del año en curso la Defensoría del Pueblo informó que 'el desplazamiento masivo y forzado en Colombia se duplicó en el primer semestre de 2021, respecto al año anterior, y se produjeron 102 eventos que afectaron a 44.290 personas de 15.340 familias'.
Asimismo, en lo que respecta a cultivos ilícitos la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca emitió en su informe anual, en junio de este año, sobre el cultivo de coca el registro de un aumento récord en Colombia, cercano al 15% en el último año en este tipo de cultivos.