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La última vez que alguien vio a César Goenaga Polo vestía una camisa de cuadros. Todos sabían que viajaba de Baranoa a Barranquilla, como era su costumbre, pero nadie se imaginaba que tomaría el bus de salida de su pueblo natal para nunca retornar. Han pasado 19 años desde entonces, las manecillas del reloj siguen andando y los días se siguen tachando en el calendario, pero para la familia Goenaga la vida se detuvo aquel 24 de octubre de 2002.

Once años de angustia, once años de incertidumbre y de vivir con la constante inquietud de no saber nada, de no encontrar a su familiar entre ni entre los vivos, ni entre los muertos 'de preguntarse cada día sí estará bien o estará mal, si comerá bien o estará pasando trabajo' vivió la familia Goenaga, hasta que confirmaron lo 'inevitable' y la versión que más costaba imaginar: César Goenaga había sido asesinado.

'Durante todos esos años mi mamá y todos aguardábamos la idea de encontrarlo con vida, siempre tuvimos la esperanza, aunque yo en mi interior sabía que mi papá no podía estar vivo, porque él jamás nos habría abandonado', mencionó a EL HERALDO Karen Goenaga, hija del hombre dado por desaparecido.

El 13 de diciembre de 2013, en versión libre postulados de la Autodefensas acogidos a la 975 de 2005 – mejor conocida como Ley de Justicia y Paz- admitieron su responsabilidad en la desaparición forzada de César Goenaga y su posterior asesinato. Fue entonces, 11 años después que a pesar del dolor 'nació una nueva esperanza'.

'Eso fue algo que dolió, pero al mismo tiempo fue como un alivio de saber o una nueva esperanza que de alguna u otra forma lo ibamos a recuperar, así fueran sus restos solamente y le íbamos a dar su sepultura como él se lo merece. Porque es horrible vivir con esa duda, es horrible no conocer la historia, cuando ese grupo se atribuye y declara que lo asesinaron fue muy duro y mi mamá lo sufrió mucho, pero ya al menos sabíamos que le había pasado a él', memoró Karen.

A pesar de conocer apartes del trágico destino de su padre, Karen y su familia no han podido recuperar los restos de César Goenaga 'no hay que perder la esperanza de que un ser querido aparezca, lo que uno más anhela en su corazón es encontrarlo con vida, no fue mi caso, pero la desaparición da fortaleza y valentía, a pesar del miedo. Hay que luchar hasta dar con la versión de qué pasó con su familiar, porque uno no puede echar eso al olvido y yo no estaré tranquila hasta poder darle una sepultura, hasta yo tener un lugar donde decirle que lo amamos, que no lo olvidamos y que estamos con él', mencionó Karen.