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Los relatos de las víctimas dan cuenta de la crueldad de los militares en el cometimiento de crímenes de campesinos que fueron reportados como muertos en combate, en los llamados ‘falsos positivos’.

Albeiro Daza Martínez, de la etnia kankuama, contó ante los magistrados de la JEP, que el 6 de febrero de 2004 fue asesinado su padre Juan Nemías Daza por soldados del Batallón La Popa en el corregimiento de Atánquez, al norte de Valledupar.

'Mi papá no era guerrillero, ese día yo fui con él a la finca de mi abuelo porque había parido una vaca, cuando veníamos de regreso, en el sitio conocido como ‘La Pepa’, encontramos el Ejército y a un enmascarado, y retuvieron a mi padre, yo me quedé viendo, pensando que le iban a pedir documentos, que lo iban a soltar; mi papá me dijo vete para la casa; mi mamá después salió a buscarlo con mi abuelo para reclamarlo, pero cuando llegaron al sitio un soldado les dijo que se había volado', indicó.

Sostuvo que 'fuimos donde estaba el comandante Carlos Andrés Lora, y nos dijo que era un guerrillero. Mi papá llevaba una mochila con dos limones, y dijeron que eran dos granadas; si yo hubiera sabido que lo iban a matar, me hubiera quedado ahí para que también me asesinaran; Lora dio la orden que lo mataran'.

Nargelis Isabel Martínez, esposa de Juan Nemías Daza, indicó que 'mi esposo era un hombre trabajador, me dejaron con cinco hijos que tuve que criar sola, sacarlos adelante; ahora lo que quiero es limpiar su honor, que no era un guerrillero'.

'Estábamos estigmatizados'

Las víctimas de la etnia kankuama señalaron que estaban estigmatizados, señalados de pertenecer a la guerrilla. 'Por el solo hecho de ser indígenas estábamos estigmatizados, y más por el apellido Arias', manifestó Neila Arias, cuyo padre Enrique Arias, fue asesinado el 22 de junio de 2004 en Atánquez.

'Con la muerte de mi papá nos dejaron huérfanos. Nos tocó desplazarnos, somos siete hermanos, y a mi mamá le tocó repartirnos a sus familiares en Valledupar, mientras ella se fue para Cartagena. Se perdió esa conexión fraternal; el culpable es el Batallón La Popa, una institución que tenía el deber de protegernos, pero lo que hacía era acribillarnos, asesinarnos', puntualizó.

Yesenia Flórez Fernández, hermana de Albeiro Flórez, desaparecido y ejecutado el 15 de agosto de 2003 en Pueblo Bello por miembros del Batallón La Popa. 'Llevamos casi 20 años buscando respuestas, buscando sus restos, queremos que tenga una santa sepultura, llevarles una vela o una flor a su tumba', dijo.

Sostuvo que 'el dolor es grande para la familia, mi hermano trabajaba en una finca para sacarnos adelante, pero le quitaron la vida, que Dios los perdone'.