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Desde la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro decidió apostarle a dos herramientas inéditas, riesgosas y poderosas para gobernar: la calle y el balcón. Esta semana las puso a prueba. El martes, desde el balcón del segundo piso de la residencia presidencial, pronunció su discurso a quienes asistieron a la Plaza de Armas, luego de marchar para respaldar las iniciativas con las que aspira reformar los sistemas de salud, pensiones y laboral de los colombianos.