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El susto llegó a la hora del almuerzo. La mayoría de las personas que viven en la vereda Bocas del Manso, un diminuto caserío ubicado en las faldas del Nudo de Paramillo, a más de tres horas de Tierralta, más cerca del norte de Antioquia que del casco urbano del sur cordobés, estaban tirando cuchara en sus comedores cuando el pasado lunes un grupo de al menos 10 hombres armados irrumpió en el pueblo y, casa por casa, obligaron a salir a las familias, constituidas por campesinos e indígenas embera, para conducirlas hasta el quiosco comunal.