Después del revuelo causado por el borrador de una resolución que estaba preparando la Cancillería y con la que se pretendía exigir a la población migrante venezolana portar el pasaporte vigente para poder transitar por el país, el canciller encargado, Gilberto Murillo, salió a jalarles las orejas a sus funcionarios.
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La resolución dictaba disposiciones 'para el ingreso, tránsito, permanencia y salida del territorio colombiano para los nacionales venezolanos que porten el pasaporte vencido'.
Una vez se conoció el borrador, le tocó a Murillo salir a desmentir que se esté evaluando dicha exigencia a la población migrante y llamarles la atención a los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores que hicieron púbico el borrador.
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'Es importante que los funcionarios de esta Cancillería, los funcionarios del sector de política exterior, los funcionarios y funcionarias del Gobierno entiendan que la filosofía de este Gobierno no es ponerle trabas a la población migrante o que está en movilidad humana sino facilitarle su acogida', dijo el canciller colombiano.
Y agregó que los servidores públicos del ministerio deben 'tener una concepción distinta que es de ayudare a las personas que están en necesidad no porque quieran sino porque las condiciones les han obligado'.
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El canciller (e) aprovechó para adelantar que junto a Migración Colombia preparan una regulación que permite la reunificación familiar de familias venezolanas en suelo colombiano.
'Familias de migrantes que tienen niños y niñas van a poder estar aquí y acogerse al país y tener garantizada su tranquilidad a través de un estatus legal, pero también lo vamos a hacer con visas especiales de trabajo para la población en movilidad humana, en necesidad que aunque no tiene niños y niñas sí han escogido al país para contribuirle', aseguró.