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Los hechos ocurridos durante el 6 y 7 de noviembre de 1985 en el edificio en donde funcionaba la Corte Suprema de Justicia han sido objeto de investigaciones durante más de veinte años. Alrededor de 100 víctimas, entre las que hubo magistrados, militares, guerrilleros y visitantes, dan testimonio de lo que pudo haber ocurrido durante las 28 horas en que 35 miembros del M-19 hicieron temblar al país. El siguiente recuento se hizo con base en las conclusiones del Informe Final de la Comisión de la Verdad sobre hechos del Palacio de Justicia (ver balance de víctimas).

Siete guerrilleros del M-19 vestidos de civiles ingresan entre las 10:30 y las 11 a.m. al Palacio de Justicia. Dos se ubican en la Secretaría del Consejo de Estado, dos en la Secretaría de la Sección Tercera, dos en la cafetería y una mujer restante en el cuarto piso.

El abogado Alfonso Jacquin, miembro del M-19, hace una llamada para dar aviso al grupo de guerrilleros que esperaba en una casa de la calle 6ª sur con carrera 8va.

Cerca de las 11:30 a.m. tres vehículos con 28 personas a bordo ingresan al sótano del Palacio para dar inicio a la Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre. El Comando Iván Marino Ospina del M-19 está compuesto por 35 personas; 25 hombres y 10 mujeres.

Los guerrilleros entran al sótano y disparan a los escoltas privados que se encuentran ahí. Se da un enfrentamiento en el que mueren dos celadores privados, dos guerrilleros y otros cinco resultan heridos.

Minutos después, los integrantes del M-19 tienen acceso al primer piso del edificio gubernamental. El administrador del Palacio es asesinado en esos momentos.

Al oír los estruendos del sótano, los integrantes del M-19 que han ingresado antes al edificio sacan sus armas y anuncian la toma del Palacio de Justicia. Periodistas que cubren el Palacio dan la noticia por la radio.

Hacia el mediodía, agentes del Estado intentan acceder al edificio pero son detenidos por disparos de los guerrilleros desde el interior. Según el acta de la Comisión de la Verdad, minutos después del inicio de la toma, el Batallón Guardia Presidencial se hace presente en la Plaza de Bolívar.

El presidente Belisario Betancur da las primeras instrucciones al ministro de Defensa y al director de la Policía alrededor de la 1 p.m.: 'restablecer la Constitución, con la cautela de protección de los rehenes y de los guerrilleros'.

Alrededor de la misma hora, se da inicio a la retoma con el ingreso del primer tanque al sótano del Palacio con el respaldo de 14 soldados. Seis guerrilleros se encuentran custodiando el lugar, lo que produce un enfrentamiento entre ambos grupos con armas automáticas, explosivos y bombas.

Hacia las 2 p.m. un tanque cascabel dispara proyectiles y dos bombas para derribar la puerta principal del Palacio. Luego, cuatro tanques se internan en el primer piso. Uno de ellos es comandado por el coronel Plazas Vega.

Hechos consecutivos: se escuchan disparos hacia el interior por parte de francotiradores que se encuentran en edificios vecinos –previamente evacuados– y se expande el gas lacrimógeno por el primer piso. Se escuchan explosiones provenientes del sótano, donde se inicia un primer incendio.

En esos momentos, el sótano se encuentra bajo control del Batallón Presidencial. El primer y segundo piso, bajo control de la Escuela de Caballería. Para hacerse cargo del tercer y del cuarto piso ingresa la Escuela de Artillería.

Los guerrilleros quedan replegados al costado noroccidental del segundo y tercer piso, además de todo el cuarto piso.

Mientras tanto, se hacen presentes en la zona personal del DAS, de la Sijín, voluntarios de la Defensa Civil y probablemente algunos intrusos.

Los tanques dentro del Palacio disparan proyectiles hacia el tercer y cuarto piso. Simultáneamente, se sienten ráfagas de disparos desde afuera. Helicópteros empiezan a sobrevolar el área.

En el cuarto piso, se encuentran bajo custodia de los guerrilleros Luis Otero, Alfonso Jacquin y Guillermo Elvencio Ruiz el presidente de la Corte, Alfonso Reyes Echandía, junto con otros magistrados de las salas Penal, Constitucional y Laboral, y algunos empleados y visitantes.

Yesid Reyes, hijo del presidente de la Corte Suprema logra establecer comunicación con su padre, que se encuentra en manos del guerrillero Otero. En la llamada, el miembro del M-19 afirma que están dispuestos a dialogar pero que necesitan que cese el fuego, y amenaza con 'matar a todos' si no se hace dentro de 15 minutos. En estas circunstancias, el presidente de la Corte sale al aire por la radio con el periodista Yamid Amat y hace un pedido público para que cese el fuego.

El Gobierno se comunica con el doctor Reyes Echandía y el guerrillero Otero cerca de las 4:30 p.m. El director de la Policía, el general Delgado Mallarino, manifiesta la decisión del Gobierno de no negociar y de no suspender el operativo en marcha y pide a los guerrilleros que se rindan con la garantía de que se les respetaría la vida y se les haría un juicio justo. Otero responde que si esa era la única propuesta, no estaban dispuestos a seguir dialogando con el Gobierno.

Hacia la misma hora, unidades del Goes y del Copes de la Policía son transportadas en helicópteros hasta la azotea, en donde sitúan cargas explosivas para tener acceso al Palacio. Finalmente, consiguen ingresar por una claraboya y son recibidos por disparos de miembros del M-19. Varios oficiales mueren en el enfrentamiento, incluido el comandante Héctor Aníbal Talero Cruz.

En ese punto, el Ejército logra llegar al cuarto piso por un costado, mientras que por el otro llega el Copes. En la mitad, guerrilleros y rehenes se encuentran refugiados entre barricadas. Ninguno sobrevive después de este enfrentamiento.

Entre las 5 y 5:30 p.m. miembros de las fuerzas del Estado liberan a algunas personas que permanecían escondidas en el primer piso. Desde ese momento en adelante, varios sobrevivientes logran salir de distintas maneras del Palacio de Justicia, y algunos son conducidos a la Casa del Florero para ser interrogados y registrados antes de ser enviados a sus casas o a centros hospitalarios.

Cerca de las 6 p.m. se inicia el tercer y el más fuerte incendio en el cuarto piso desde el costado sur hacia la esquina nororiental de la edificación. Vehículos militares habían disparado alrededor de cinco rockets hacia ese sector.

Entre las 6 y 7 p.m. el humo se expande por las oficinas del cuarto piso, y obliga a varias personas a salir de sus escondites. Algunas de estas personas son interceptadas por guerrilleros y conducidas al baño ubicado entre el segundo y el tercer piso. Aproximadamente 60 rehenes y 10 guerrilleros terminan juntos. Permanecen ahí hasta el mediodía del 7 de noviembre.

El incendio se continúa propagando a lo largo de la noche. Se siente una fuerte explosión en el frente del Palacio alrededor de las 2 a.m. No se encuentran más detalles de lo ocurrido durante el resto de la madrugada y el comienzo de la mañana en el informe.

Rehenes escuchan por la radio a las 9 a.m. que el Ejército tiene totalmente controlada la situación del Palacio y que se procedería con la Operación Rastrillo.

El consejero de Estado Reinaldo Arciniegas es liberado para enviar un mensaje al Gobierno para establecer una intermediación en la que los magistrados servirían de garantes. Este mensaje nunca llega a su destino.

Se produce una explosión en la pared del baño, y a su vez, los guerrilleros disparan hacia varios rehenes. En ese momento, el guerrillero Almarales deja salir a mujeres y algunos heridos. Según declaraciones hechas por militares a la Comisión de la Verdad, momentos después 'el Ejército entra al baño y termina con los que quedaban dentro'.

Luego de 28 horas, se da por finalizada la toma al Palacio de Justicia.

El número de guerrilleros que murieron en esa operación no es claro: estaban Almarales, dos guerrilleros heridos, tres mujeres –de las cuales dos salieron con vida del Palacio– y dos hombres más. Todos ellos murieron en circunstancias no esclarecidas.

Otros denominados 'especiales' por la fuerza pública fueron trasladados al segundo piso de la Casa del Florero y posteriormente remitidos a instalaciones militares. Algunas personas, siete de ellas identificadas, salieron con vida del Palacio y desaparecieron después. Este año, los restos de tres mujeres desaparecidas fueron identificados por la Fiscalía.