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'Si contamos con la venia de la meteorología, el próximo domingo el general Alzate, el cabo Rodríguez y la doctora Urrego, contrario a lo que ocurre con los nuestros, podrán abrazar a sus familiares'.

Este es uno de los apartes del comunicado expedido en La Habana por la guerrilla de las Farc, en el que confirma que si las condiciones del clima son favorables, en la fecha fijada se dará la misión humanitaria para liberar a estas personas que mantienen cautivas en el Chocó.

Una vez el Gobierno nacional anunció la suspensión de los operativos militares en ese departamento de la costa pacífica, el grupo rebelde confirmó la noticia que de brindará las condiciones para la liberación del general Rubén Darío Alzate, el suboficial Jorge Rodríguez y la abogada Claudia Urrego, quienes se encontraban el pasado domingo 16 de noviembre en el corregimiento Las Mercedes, cercano a Quibdó.

Las Farc insistieron en su teoría de que los militares no son secuestrados, sino prisioneros de guerra, pero que con el ánimo de que se restablezcan los diálogos en Cuba garantizarán el retorno con sus familias de los retenidos, tal como sucedió esta semana con los soldados Paulo César Rivera y Jonathan Díaz, entregados a una misión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en la región de Arauca.

El grupo rebelde sustenta su posición en que no puede llamarse secuestrado a un hombre como el general Alzate, que tiene bajo su mando a miles de hombres y poderosos equipos militares con tecnología de punta. Sin embargo, las Farc aclaran que la condición de prisionero de guerra no beneficia al beligerante que reconoce el hecho, sino al propio retenido, a fin de que se le otorguen protección y el respeto de sus derechos.

En su comunicado, los voceros del grupo armado ilegal también hacen un llamado al Gobierno para que atienda las necesidades de los guerrilleros que se encuentran en las cárceles y requieren con urgencia atención médica. Jesús Santrich, uno de los negociadores de la insurgencia, dijo que una vez se dé la liberación de Alzate y las otras dos personas, desde la próxima semana se debe iniciar una recomposición de la confianza en la mesa de conversaciones y entre los colombianos.

'Es necesario restablecer las reglas de funcionamiento y que el presidente Santos ofrezca una palabra que brinde confianza para seguir adelante', destacó.

El jefe de Estado por su parte había afirmado que la libertad de los soldados es una prueba de la madurez del proceso de paz.

A pesar de la noticia confirmada por las Farc, voceros de la Iglesia criticaron las dilaciones que se han dado en torno a la liberación del general.

El obispo de Quibdó, monseñor Juan Carlos Barreto, argumentó que la situación empieza a tomar un 'matiz de novela', porque no es claro si hay un acuerdo político entre el Gobierno y las Farc para que se produzca la entrega.

'Hay disposición del gobierno, de la comunidad internacional y hasta de las mismas Farc, por lo que no se entienden las razones para una dilación', indicó Barreto, en referencia también a las distintas fechas anunciadas para la misión humanitaria. Inicialmente la exsenadora Piedad Córdoba, quien ha participado en liberaciones en años anteriores, dijo que la entrega sería entre martes y miércoles; posteriormente el presidente Santos anunció que el viernes o sábado; y ahora la guerrilla habla del domingo, el día definitivo que Colombia espera.