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Una de las ganaderías más representativas del Magdalena, y que siempre está presente en la mayoría de eventos feriales es ‘Los Trillizos’, del empresario Alirio José Otero Villarreal, descendiente de una reconocida estirpe ganadera de la Costa.

Esta hacienda está ubicada entre Fundación y Pivijay, y trabaja con ganado Doble Propósito con tendencia a carne y a leche. Su base es el Brahman -más el rojo que el blanco-, y realiza cruces con Simmental, Normando y Gyr.

Este criador alimentó desde niño la pasión pecuaria, rol que asumió junto a sus 7 hermanos, gracias a las enseñanzas de su padre, don Alirio Otero Serrano, un santandereano de nacimiento, pero costeño de corazón, región donde se arraigó hace más de 62 años, junto a su señora, doña María Niní Villarreal, también proveniente de familia ganadera y santandereana.

Actualmente comparte esta actividad con su esposa, María Cecilia Rodríguez, y sus hijos Juan José, Juan Pablo y María Camila, quienes vieron la luz del mundo el mismo día, y en su honor se colocó el nombre a la ganadería.

La actividad. A Alirio José le gusta participar en los eventos feriales, porque son una vitrina, y en muchos ha triunfado. 'Estamos siempre con nuestros mejores ejemplares, entrenados para hacer buenas presentaciones y conservar el prestigio de 'Los Trillizos', mostrando el buen trabajo genético que impulsamos', explicó.

Afirmó que 'llevamos animales para competir, que vienen de un proceso desde que nacen, y a partir de los 9 meses comienzan a prepararse para familiarizarse con la rutina de las exposiciones, primero en observación, y ya formados, se categorizan, escogiendo los más sobresalientes, que puedan tener éxito, por su musculatura, estructura ósea y buenas ubres'.

'Son bien alimentamos desde pequeños, para que ganen peso diariamente. Los seleccionados, son tratados con cuidado, para que siempre estén en excelentes condiciones y muestren su nivel genético. Hay que amansarlos, tratarlos suavemente y caminarlos todos los días, para que aprendan a hacerlo bien', agregó.

El ganado es alimentado con pastos como guinea, tarzania, angleton, india, mombaza y quicuyo. Y como le enseñó su padre, se trabaja mucho la genética, con varias razas, siempre buscando la perfección. Ha triunfado en todas las ferias donde ha participado en la Costa, y en la Nacional Cebú, entre otras.

Actualidad. Otero dice que se ha ido modernizando, porque la competencia es intensa. Hay mucha empresarización, así como biotecnologías, para el manejo reproductivo; pero en realidad en el fondo, es un mundo que provoca felicidad, alentando su disposición de trabajar cada día, y participar en los eventos del sector.

Su alegría aumenta, al observar que las nuevas generaciones de la familia Otero, también vienen aprendiendo las lecciones de padres y abuelos, con el propósito de continuar alimentando en el tiempo, esta tradición familiar. 'A la mayoría les gusta, y eso es una bendición'.

'Mis hijos y mi señora siempre me acompañan a las ferias, van mucho a la finca a ver el ganado, y nos sentimos contentos en esos ambientes. Por eso pienso que van a seguir con esto toda la vida', puntualizó.