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'Siempre hay que decir sí a la vida, por la sencilla razón de que cuando dices no, sufres', así lo afirma Joan Garriga Baccardi, uno de los psicólogos, humanistas y constelador familiar más reconocido e influyente en España y América Latina, que estará en Barranquilla el 9, 10 y 11 de septiembre próximo, dictando el taller Si a la vida, desarrollado por la Fundación SERcaPAZ en alianza con EL HERALDO.

Garriga explica que para sobrellevar el dolor hay que sumergirse en él, en lugar de tratar de evitarlo, 'es decir atravesar los pasos estrechos en los que el dolor o la adversidad nos visita porque cuando los atravesamos salimos más fortalecidos y compasivos'.

Y pone como ejemplo a un conocido suyo que recientemente estuvo cercano a la muerte . 'Su mujer decía que comentaba con el hijo si no había sido una bendición el ictus, porque lo había puesto tan cercano a la muerte, y eso le había cambiado el carácter y la personalidad, como si sumergirlo en la contrariedad y en el dolor lo hubiera transformado'.

Precisa que 'a veces le tenemos tanto miedo a vivir en lo doloroso y a la sociedad que siempre estamos buscando paliativos al dolor porque estamos debilitados, es como si nos hubiéramos puesto fóbicos al dolor, pero la vida  la mayor parte del tiempo se nos presenta agradable, pero en algunos momentos se presenta como desagradable o adversa, como este amigo que tuvo este ictus. Pero cuando uno hace el proceso de abrazar el dolor,  la adversidad y  sumergirse en los movimientos emocionales que esto supone, generalmente llega a la orilla del amor, de compasión, de fortaleza, de más sentido de la vida, de más orientación hacia lo bueno, de más humanidad, de más templanza, como punto de virtudes que parece que se logran cuando atravesamos los momentos difíciles del vivir', expresa.

Tere Rosales, directora de la Fundación SERcaPAZ y Consteladora Familiar señala que decir Sí a la Vida es abrazarla y movernos en la dirección que ella nos impulsa y estar dispuestos para tomar y experimentar lo que la vida nos ofrece.

'Cuando nos oponemos, y nos resistimos a vivir lo que se presenta nos perdemos de valiosas enseñanzas y no vemos las puertas que traen los hechos. Algunas puertas nos llevan a lugares gozosos, otras veces nos llevan a lugares en los que nos atraviesa alguna tensión o dolor, y en eso también nos conocemos, construimos, y encontramos significados y sentidos para dar al siguiente paso', indica.

Precisa que grandes autores han mostrado como a partir de una situación muy difícil, como en el caso de Viktor Frankl, que estar en un campo de concentración logró sentir que su alma era libre a pesar de que su cuerpo estaba retenido, y encontró un sentido de vida al inspirarse en como el podía llevar a muchos este concepto del sentido de lo que lleva a la existencia, que es más grande que los hechos que estaba atravesando. De allí surge toda una corriente psicológica llamada logoterapia'.

Así nos vamos encontrando a muchas personas que a lo largo de la vida inspiran a partir del dolor, y de eso se trata que podamos decir qué encontré aquí una oportunidad para crecer y tomar la vida sin resistencias, indica Rosales.

Joan Garriga  explica que una constelación familiar es una representación escénica de los vínculos que agitan nuestro corazón  y en ella se puede poner a la madre, al padre, a la pareja a los hijos o al asesino y a la víctima, y se desarrolla y se despliegan movimientos que nos ayudan a aclarar y entender las dinámicas subyacentes que conducen a las personas a los problemas que padecen y como transformar estas dinámicas, como reconvertirlas a movimientos que traen solución, traen bendición, que traen nuevos movimientos de vida.

'Para todos es muy importante la constelación,  como hijos, la manera nuestra de ser hijos  de nuestros padres va a determinar en gran parte de nuestro guión de vida y cómo manejamos los asunto en la vida, y esto siempre es muy sutil, porque  hay cantidad de posiciones e implicaciones distintas de ser hijo que parece la pareja invisible del padre o de la madre, hasta el hijo que  se ocupa de los problemas de los padres, hasta el hijo desnutrido que está en una familia caótica y que hubiera necesitado más amor, así que  una constelación es una oportunidad para explorar en forma  escénica los asuntos esenciales del corazón, que es lo que dirige lo esencial de toda vida', asevera.

Tere Rosales agrega que en una constelación familiar podemos observar  lo que está ocurriendo dentro de nosotros, es como poner el telón en marcha para poner en escena lo que está pasando en nuestro corazón.

Finalmente los expertos señalan que quienes participen en el taller podrán enfocar en el asunto sobre el que están inquiriendo o preguntando algo. Para algunos será un asunto de pareja, para otros será un asunto con los padres, para otros con los hijos, donde lo que van a lograr es tener más comprensión, más claridad, o movimientos emocionales distintos respecto a la problemática que está agitándose en su interior en el momento. También los terapeutas, consteladores, y gente que se dedica a las relaciones de ayuda lograrán mapas de intervención y comprensión de los problemas originales y novedosos.

'La palabra grande es que salgamos diciendo Sí a la vida porque comprendemos el valor que tiene', puntualizan.