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Lo bueno de viajar por Colombia es que a medida que se conocen regiones como al Costa Caribe, se descubren nuevos nichos de empresas que en diez años pueden dar excelentes resultados para el país.

Así lo resaltó el embajador de Estados Unidos en Colombia, Peter Michael McKinley, quien en reportaje con EL HERALDO resaltó por el buen momento que pasa la Región Caribe.

“Si los empresarios colombianos se preparan, tendrán muchísimas oportunidades con el TLC. El momento ha llegado”, dijo.
McKinley tiene un doctorado en la Universidad de Oxford y es diplomático de carrera. Nació en Venezuela, se crió en Brasil, México y estudió en Estados Unidos.

Dice que en los 16 meses que lleva en la Embajada en Colombia, ha leído muchos libros relacionados con historia y economía de nuestro país, ha saboreado los sancochos de cada región y se declara seguidor de la música de Shakira y Carlos Vives.

¿Qué balance arrojan las relaciones comerciales entre EU y Colombia?

Las exportaciones colombianas de Colombia a Estados Unidos han subido casi en 30% y el incremento a nivel nacional, de más del 40%, o sea que ha sido un año record en ese sentido en su relación con el resto del mundo. El comercio con EU representa el 37% del mercado para productos colombianos.

¿Qué sectores se destacan en este buen resultado?

En los últimos 25 años predominaba el café y las flores. Ahora son el petróleo y el carbón. Lo interesante es que cuando uno viaja por este país descubre nichos que nunca se comentan: cosméticos, textiles, globos de empresas como Sempertex y partes para automóviles. Además de las inversiones de compañías colombianas en el exterior en sectores como la distribución y generación de electricidad, el cemento de Argos, del grupo Aval, Alpina, los diseños de la barranquillera Silvia Tcherassi para Payless. Todo ello representa una relacion económica de inversión que se está volviendo diversificada y sofisticada. En un mundo globalizado, lo que tiene que hacer una economía de talla emergente como la colombiana es aprovecharse de oportunidades que hoy pueden ser pequeños pero en 5 o 10 años, sembrando la semilla, pueden dar excelentes resultados.

Todo este panorama podría mejorar para Colombia con el TLC porque se habla de que con el Tratado nos invadirían productos norteamericanos.

Lo que el TLC hace es dar seguridad permanente a los exportadores colombianos para que puedan tomar decisiones estratégicas de mediano plazo y así exploren las oportunidades en el mercado norteamericano. Hay preocupación de sectores vulnerables y de que si lo que viene es una oleada de productos norteamericanos. En primer lugar, Colombia no solo se está abriendo a Estados Unidos sino a los 27 países de la Unión Europea, Croacia, Canadá, Mercosur, Brasil, Chile, China. El TLC con Estados Unidos es parte de una política generalizada de la integración de Colombia en la economía mundial. Estas son dos economías complementarias. Nosotros exportamos a Colombia productos que ustedes no producen o compran a otros países: productos terminados, manufacturas de alto nivel relacionado con ingeniería, mecánica, productos para uso de la minería y hidrocarburos. No hay fábricas que los produzcan y el TLC nos permite competir con otros surtidores de los mismos productos pero sin tener el gravamen de aranceles que son discriminatorios cuando nuestros competidores ya tienen acuerdos que les permiten vender los mismos aranceles.

¿Y el temor de algunos sectores como arroceros y avicultores?

Colombia no produce suficiente trigo, maíz y soya sino que los compra en el exterior. En los últimos dos años hemos perdido el 80% del mercado porque ustedes llegaron a acuerdos arancelarios con Canadá y Argentina. Los compraron porque era más barato que en Estados Unidos. El TLC permitirá recobrar el mercado en competencia, en este caso los argentinos y los canadienses y competir en un mercado creciente para estos granos que Colombia necesita importar de alguna parte. Hace cinco o seis años, los negociadores de ambos países reconocieron la importancia de asegurar protecciones para sectores como arroceros, lácteos y avicultura que generan empleo. Colombia importa 100 mil toneladas de arroz de los vecinos y lo que nos gustaría hacer es competir para surtirlos. Pero existen protecciones importantes para modernizar, aprovechar la tecnología en sistemas de riego y establecer una sólida base de competir.

¿Qué mensaje les daría usted a los empresarios que están esperanzados en el TLC?

Lo importante es diseñar una estrategia que les permita tener un mejor panorama de las oportunidades que se perfilan en el exterior. Tratar de prever el futuro mercado para un producto es muy difícil, pero el hecho es que el mercado internacional es el motor de la economía global. Hay que posicionarse y estudiar bien las opciones internacionales no solo frente al TLC con EU. Lo bonito es que Colombia va a tener múltiples oportunidades en Asia, Europa, América del Sur para vender a mercados que se están modernizando y cambiando. Si los empresarios se preparan, tendrán muchísimas oportunidades. Colombia es la cuarta economía de América Latina, pero algunos dicen que en 10 años podría ser la tercera. El hecho es que hay que actuar porque el momento ha llegado.

Y en todo este panorama del TLC, ¿cómo ve a la Región Caribe?

Cuando uno ve las oportunidades que se presentan desde Santa Marta o Cartagena, lo primero que viene a la mente para muchas personas es la importancia de la Costa como centro de exportación. Todo el mundo reconoce la expansión y la capacidad portuaria, pero otra cosa está aconteciendo en la región en los últimos 15 años: la producción de carbón y petróleo, las exportaciones de gas, las inversiones en la refinería de Cartagena y los empresarios que vienen de otros países a mirar opciones. Es un momento muy interesante para la Costa.

Lo otro interesante es el recurso humano. En Barranquilla se han establecido dos call centers, lo cual es una indicación del potencial de la ciudad de entrar en el mercado de servicios que es el sector que más ha crecido en la economía global en los últimos 20 años. A ello se suma el nivel de educación que ha mejorado en las universidades como la del Norte. La Región Caribe es un centro empresarial fuerte. Además, todo el mundo sabe del poderío de la Costa en la agricultura.

¿Cómo ve el plan de seguridad del gobierno Santos?

Ambos países han trabajado mucho antes del Plan Colombia. En estos últimos diez años ha bajado la tasa de homicidio y la llamada violencia política. Pero, todavía hay la necesidad de luchar contra la criminalidad diaria. Son extraordinarios los progresos y confiamos en que siga mejorando al mismo tiempo que la economía crezca y el desempleo y la pobreza bajen y obviamente, la lucha contra las bandas criminales.

¿Y los golpes contra la guerrilla de las Farc?

Han sido golpes importantísimos en términos de la lucha contra el terrorismo en Colombia. Nadie niega que hay que seguir luchando por la seguridad y tratando de que el país pueda vivir en paz.

¿Cómo observa la reanudación de las relaciones entre Colombia y Venezuela?

Cualquier mejora en la región en términos de las relaciones con los vecinos obviamente le damos la bienvenida y lo apoyamos.

¿Estamos ganando la guerra contra el narcotráfico?

En Colombia, el potencial de producción ha bajado más del 50% desde 2000 y el profesionalismo de la fuerza pública es modelo porque ha capacitado y entrenado a 11 mil policías de más de 16 países. En Estados Unidos, contrario a lo que se piensa, el consumo interno de las drogas está en el nivel más bajo de los últimos 30 años. Reconocemos que es un problema compartido y que tenemos responsabilidad de combatir el consumo y tráfico en los Estados Unidos, pero queremos hacer más. El Presidente Obama ha dedicado más de 10 mil millones de dólares a combatir el consumo y narcotráfico en EU. Se tiene que seguir trabajando, pero de que hay mejoras, hay mejoras y sustanciales.

En la agenda de discusiones, ¿vuelve a estar la legalización del consumo de drogas?

En nuestro concepto, hay que seguir con una lucha empedernida contra las drogas.

Por ahora no hay consulado

El nuevo sistema en línea de programar citas para el trámite de visas y servicio de mensajería lanzado en septiembre pasado es un avance de la Embajada de EU en Colombia, que anualmente aprueba 200 visas, mientras que la tasa de rechazo ha disminuido, lo que para el señor McKinley es un reflejo de los cambios que se registran en el país.

No obstante, el Embajador lamentó el que Bogotá siga siendo el único centro de emisión de visas, lo cual le genera más gastos para quienes viven en otras regiones. Pero destaca que en los últimos 18 meses ha mejorado el proceso en el sentido de que ahora el promedio de espera es de tres horas.

“Estamos intentando hacer el proceso lo menos doloroso posible. No va a cambiar la necesidad de viajar a Bogotá por razones de presupuesto, y no veo factible el que se reabra el consulado en Barranquilla”.

Por Alix López
alixlopez@elheraldo.com.co