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“Escuché algo que sonaba casi imposible de creer, porque nunca había visto uno de cerca y mucho menos me había imaginado que algún día montaría en uno”, confesó José Wilson Domicó, un chico de 16 años, estudiante de décimo grado de la institución educativa San Clemente de Tierralta, Córdoba, con relación a lo que le generaba saber que haría su primer viaje en avión.

Viaje que tuvo lugar hace poco menos de diez días cuando, junto a su maestro de tecnología e informática, Atahualpa Villadiego –reconocido tuitero en la Región Caribe– logró tener dicha experiencia con un propósito específico: asistir por primera vez al evento de tecnología más grande del país: Campus Party Colombia, en su quinta versión.

La aventura surgió porque Atahualpa fue campusero –como se le llama a los asistentes– en 2011 y, en su calidad de maestro de la institución educativa San Clemente, se le ocurrió la idea de llevar al CPCO5 a su mejor estudiante para que viviera la experiencia y para que tuviera de cerca esos conocimientos tan enriquecedores en su área de experticia.

“El propósito, luego de comenzar este año trabajando con mis estudiantes buscando al mejor, era que no solamente quien ganara el derecho a viajar se disfrutara los siete días, sino que con lo que allí encontrara, tuviera herramientas válidas para implementarlas posteriormente en la elaboración de su plan de vida”, comentó Villadiego.

Pero no solamente tenía que estar entre los mejores; uno de los requisitos para le ganador era ser parte de la etnia indígena predominante en la región: los emberá katío.

Entre los 1800 estudiantes del colegio, José Wilson Domicó resultó ser el feliz afortunado. El chico –amable y conversador– habla muy bien español y embera, la lengua original de su etnia. Es un estudiante, según Villadiego, sobresaliente en todas las asignaturas y bastante colaborador.

La misión entonces era encontrar la forma y los medios para llevarlo a la arena de Campus Party. Resulta que el día en que comenzó a planear todo, Atahualpa se topó con la realidad de los recursos que no tenía –ni propios ni los del colegio–, y pensó que hacer una convocatoria por redes sociales era una buena idea con la cual podría obtener los recursos y el apoyo necesario.

Inicialmente solicitó ayuda por medio de su cuenta en Twitter (@solidfoxdx) con una campaña que se llamó ‘Llevemos a José al Campus Party 5’. Motivó a sus seguidores (o followers) a que le hicieran los respectivos retweets a la campaña para divulgarla a más gente.

“Todo se dio a la medida, y a la postre aparecieron personas como Mauricio González (@mauricioweb), Víctor Solano (@Solano), Polkan García y la organización del CPCO5, quienes nos ayudaron con las entradas y con los tiquetes, entre otros”, manifestó el docente, que ha comenzado una maestría en la que tiene como proyecto ejecutar ciertas estrategias utilizando la tecnología para la inclusión educativa de los estudiantes indígenas sin que estos pierdan su identidad cultural, algo que ya está adelantando con la experiencia de José.

La primera vez en avión de José. “La experiencia para mí fue algo realmente sorprendente porque solo los había visto en televisión. Aunque estuve un poco preocupado por las turbulencias, disfrutar del paisaje desde arriba y sentir que volaba fue algo que me encantó y me olvidé de cualquier nervio”, confesó.

Una vez dentro de la arena de Campus Party, ya en la fría Bogotá, el único representante de los emberá katío en dicho evento sacó sus propias conclusiones de lo que le significó la experiencia.

“Lo que más me sorprendió fue la capacidad y alcances que tiene la tecnología. Me gustó mucho venir, aprender de todo y disfrutar este evento haciendo nuevos amigos, subiendo el nivel en mis capacidades de entendimiento al respecto y conociendo cosas nuevas”, puntualizó José.

“Esta es una gran oportunidad: la innovación, la creación e ingenio que se ve en el área de la robótica es algo que también me inspiró. Además, me gusta que este espacio no solo se hace para compartir y hacer nuevos amigos, sino también para tener la posibilidad de mostrar qué tan buena es la gente que viene de todas partes del país para que le apoyen sus ideas y así, se generen empleos con sus propios proyectos”, agregó el estudiante.

Plasmar en un cuaderno durante cada día las incidencias de lo que vivió –desde lo que observaba hasta con lo que interactuaba– fue la tarea que tuvo José para que, una vez regrese a su colegio, comparta con sus compañeros lo que fue la gran experiencia de Campus Party 2012.

“Ver la forma en la que él evolucionó en estos días en Campus: cómo se desenvolvió con la lectura de los códigos de barras, con el portátil, en fin, es realmente gratificante. Es tener la plena seguridad de que todo el esfuerzo valió la pena”, concluyó su maestro.

Por Rafael Escobar Saumet
@ ralphsaumet