Han transcurrido más de cinco años desde que Apple, liderada por Steve Jobs, reinventó el sector de la telefonía móvil con el lanzamiento del iPhone, un revolucionario dispositivo con pantalla táctil, que carecía de teclado físico y que funcionaba con el novedoso sistema operativo Mac IOS X. El éxito de la apuesta de Jobs ha sido tal que, en la actualidad, este smartphone genera más de la mitad de las ganancias de la compañía.
El pasado miércoles, en San Francisco, (EU), el gigante de Cupertino develó la sexta versión del popular teléfono. El lanzamiento del dispositivo estuvo precedido como ya es costumbre, de mucha expectativa y filtraciones, la gran mayoría de ellas corroboradas en la presentación, lo que generó algo de desilusión, debido a que la mayor parte de los cambios se conocían de antemano.
El iPhone 5 incluye varias mejoras que lo muestran como un teléfono atractivo. Tiene una pantalla retina de cuatro pulgadas y conexión a internet de alta velocidad 4G LTE. El dispositivo es más fino y menos pesado que su predecesor. Además incorpora un nuevo chip, el A6, que le permite responder más rápido y doblar su rendimiento gráfico. La duración de la batería también fue incrementada, según la compañía. (Ver infografía)
Sin embargo, la opinión generalizada entre los expertos es que faltó el elemento sorpresa al que la compañía había acostumbrado en anteriores ocasiones. Algunos sostienen que es más de lo mismo y que los cambios son más de forma que de fondo.
La ausencia de Jobs. La del miércoles fue la tercera gran presentación de Apple sin la presencia de Steve Jobs, su fundador y director ejecutivo durante la última década. Jobs falleció unos días antes del lanzamiento del iPhone 4S, que finalmente fue develado por su sucesor, Tim Cook. Al igual que el iPhone 5, el 4S fue criticado por no ofrecer mayores novedades, no obstante, el teléfono ha sido exitoso en ventas y se le reconoció la inclusión del asistente de voz Siri.
A principios de este año, con el lanzamiento del nuevo iPad, la tercera versión de la tableta de la empresa, sucedió algo similar. La tablet mejoró sustancialmente la resolución de la pantalla, pero tampoco presentó mayores variaciones.
Muchos echan de menos el discurso emotivo e inspirador del carismático Jobs con el que ensalzaba sus presentaciones. Pero fundamentalmente la capacidad de guardarse un elemento distinto para descrestar a los usuarios, más que de mostrar grandes cambios cada año. El último modelo de iPhone que es considerado realmente novedoso es el 4, que fue lanzado en 2010.
Los rivales aprendieron a competir. Un lustro ha pasado desde que los principales rivales tecnológicos de Apple vieron con escepticismo la apuesta por su teléfono inteligente. Tras el lanzamiento del primer iPhone, el dispositivo fue hasta ridiculizado. Steve Ballmer, director ejecutivo de Microsoft, consideraba que “era el teléfono más caro del mundo” y “no estaba enfocado en los empresarios” porque no tenía teclado y complicaba el envío de e- mails.
Debido al posterior éxito del smartphone, las empresas, que antes lo subestimaron, se vieron obligadas a crear sus versiones para no quedarse atrás. Samsung y Motorola apostaron por teléfonos con el sistema operativo Android de Google. Y Nokia, de la mano con Microsoft, por el sistema Windows Phone.
En la actualidad, celulares como el Samsung Galaxy S III (que en sus primeros dos meses en el mercado logró más de 10 millones de ventas) han entrado a competir y a poner en entredicho el amplio liderazgo de Apple en el mercado de los teléfonos inteligentes. Expertos consideran que el dispositivo que lanzó este año la compañía coreana es el rival más fuerte que tiene el iPhone 5, aunque otros teléfonos como el Nokia Lumia 920 y el Sony Xperia T también pretenden estar en la pelea.
A pesar de esto, muy pocos dudan del éxito en ventas del teléfono de Apple. Las primeras cifras así lo corroboran. En tan solo una hora de estar en preventa se agotaron las 1.5 millones de unidades que estaban disponibles.
Por Andrés Felipe Romero
Twitter: @AndresRomeroLl