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A raíz del tema de la prohibición o no de las armas por parte de los civiles, escuchando y leyendo unos conceptos al respecto, es hora de pensar en aquellos que no tenemos el dinero, los contactos y las influencias para poseer un arma, y que al igual que cualquier potentado, nuestra vida y nuestro patrimonio también están en juego en el diario vivir, ¿acaso la vida tuya vale más que la mía?, ¿o viceversa?, ¿o será que tu dinero vale en términos de representación más que el mío? Para cada individuo o grupo familiar el valor es equivalente, sea del estrato 7 o del 1.

Partiendo de que representamos lo mismo, valdría la pena buscar una forma para que el Estado nos dé el mismo trato en lo que respecta a protección y seguridad, tanto al que tiene mucho como al que tiene menos.

Propongo entonces que a todo hogar sin antecedentes penales el Estado le suministre sin costo un arma con su respectivo salvoconducto con el fin de preservar vida y bienes de los mismos. ¿Acaso no es igual al que le roban 200 mil pesos y se gana un sueldo mínimo, que al que le roban 10 millones de pesos y se gana 25 millones de pesos al mes? El efecto devastador del robo y la muerte a manos del delincuente causa el mismo impacto a cualquier miembro de una sociedad, ¿sería esta la fórmula de solución? Piénsalo, ¿tú qué opinas?

Joaquín De la Hoz Bolaño