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El escándalo que ha generado en Francia y en el mundo, incluyendo a Colombia, la noticia relacionada con los implantes mamarios de la liquidada empresa francesa PIP, señaladas de tener un índice de rotura, que ha producido en el país galo 20 casos de cáncer, pone una vez más sobre el tapete la práctica de la cirugía plástica que en forma irresponsable acuden muchas personas sin tener los cuidados necesarios.

Esta cirugía que inicialmente se concibió como una manera de remodelar cualquier parte del cuerpo humano, afectada por una lesión o deformidad, hoy en día se lleva a cabo con mucha frecuencia por razones estéticas.

Tal parece que el motivo que tienen las personas que optan por éste procedimiento lo constituye, sin lugar a dudas, el hecho de que no se aceptan a sí mismas, tales como son, se acomplejan, tienen problemas con su autoestima y sienten insatisfacción por su vida.

En este comportamiento se ven presionados por la misma sociedad, ejercida por los medios de comunicación, que los bombardea con el mensaje que para obtener la felicidad deben hacerlo a través de la belleza, y para ello deben recurrir al camino expedito que les brinda la cirugía plástica, o recurren, como fue el caso que sucedió en el vecino municipio de Malambo, de Johana Cantoral De la Hoz, quien falleció de un paro cardiorrespiratorio que le sobrevino luego de haberse inyectado silicona en los glúteos, y que como gay quería lucir mejor en los próximos carnavales.

Por ello, es recomendable no practicarse estos exámenes por sí mismo, sino que es necesario que se busquen los servicios de un cirujano plástico certificado y de una clínica que esté habilitada para la práctica de esta cirugía.

Valmiro De la Hoz Cantillo
Abogado