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Cuando hablo del deporte, específicamente del fútbol, es darme cuenta y si es posible darnos cuenta todos que el proceso al Mundial de Brasil del año 2014 es un compromiso no solamente deportivo, sino político y muy constitucional.

Muy dulcemente el señor Pékerman, argentino colosal muy adaptado al temperamento de nosotros los colombianos, futbolísticamente hablando, ha descubierto que en el proceso de ese tigre del fútbol nuestro, nos ha enseñado a ser leones también, jugadores lógicamente en su parte técnica y a prever que el proceso desde Alfredo Diestéfano y luego esa gran capacidad asimilada de Brasil y sus estrellas, al estilo Pelé y la escuela practicada de Falcao y su aprendizaje en Argentina, acostumbradamente recordando esa gran categoría del doctor Francisco Maturana, partiendo también de ese heroico empate 4-4 en Arica, Chile, mostrando el recuerdo de Maravilla Gamboa, Marino Klinger, el clásico “cuca” ceros, el temperamento del guardapalos de alta recordación Efraín Caimán Sánchez y sinceramente con mucho aprecio el ‘Mete Miedo’ de las 18 yardas el Cañonero Antonio Rada y ese gol de historia del famoso Marcos Coll.

Estos detalles argumentan de cómo también el Pibe Valderrama, Asprilla, el caso actual de Teófilo Gutiérrez, internacional como el Bacca. Toda esa jerarquía no es tiempo perdido. Saber llegar es perseverancia, llegar por llegar no es sabiduría. La paciencia de Job del espíritu Santo nos está educando, y falta más educación para que Colombia, tierra de guerra fría, comience a pensar ya oficialmente clasificados a ese Mundial del 2014. Pelé admira a Colombia, los grandes jerarcas del fútbol mundial, especialmente los grandes dirigentes de España, Inglaterra, Francia, Argentina y por qué no también Brasil, miran a nuestro país con reflexión y nosotros los patriotas de constitución avisamos a las potencias del mundo a pesar de esos detalles incómodos de la mala fuente, que podemos ser sanos y no esclavos del mal pensamiento. Si pensamos bien, colombianos dentro y fuera del país, con diálogos de paz y comprensión, sin el becerro de oro, algún día los que sentimos gloria de amor por Colombia pensando bien y con sacrificios de paciencia: “Seremos campeones del mundo, muy cercanamente con una esperanza corta o esperanza larga”.

Matusalén
C.C. 7.472.398 de Barranquilla.