El pianista Pelusa, una leyenda en el ritmo, fue contundente en la Oficina del Checo denunciando la payola, el sistema de programadores de cobrar por poner grabaciones.
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Creo, sin embargo, que faltaron más dolientes musicales. Se escucharon algunas voces apoyando al Pelusa: Diego Morán, Fredy Cruz, Saragüey, el abogado Peñaloza, Danny Tinoco.
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Una determinación se ha tomado que puede ser penosa para los payoleros, y es la de con los sistemas sofisticados de hoy, grabar las conversaciones entre músicos y programadores, y divulgarlas.
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Eso sería fatal para ellos, aún cuando en el fondo están apadrinados por sus jefes que se hacen los de la vista gorda. Se anuncia otra reunión.
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Se fue feliz de Colombia Belkis Concepción, la guapachosa cantante dominicana. Nos encontramos luego de 20 años en un almuerzo que organizó Marlene Torrado, estrenando un plato competencia a la paella española, llamado Paella a la Costeña, francamente para repetir. Nos acompañó Zoraida Noriega.
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Belkis se llevó de recuerdo la ovación del Country de pie, que la hizo llorar. Lo mismo le pasó a Lolita en el Amira. Sus rencuentros con la ciudad fueron emotivos.
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Como el caso de la cubana Celina que había perdido la voz, muda total. Y un empresario la llevó así a Cali y cuando vio el afecto que le demostraron los caleños, recobró el habla. Uno de los testigos de este episodio fue Rolando Verdes, Peligro.
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Estoy muy contento al entregarle a decenas de lectores y oyentes el producto El Marañón de la Toti (para frenar la diabetes) y completamente gratis. Con su fabricante, el tío de la diva, seguiremos haciéndolo. Pueden llamar a este celular: 3126645990.
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Notas liliputienses: Penjamo…Llovió…Pulguita…María Bonita…Feíta…Pecosita…Merienda…Solito.
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Ahora la segunda parte del capítulo de Una vida apasionada, dedicado a Nancy Meyer, de mi libro ‘Barranquilla de mis amores’, tomo I.
Tuve cuatro hijos. Los dos mayores de mi matrimonio con el ya fallecido Generoso Mancini, la mayor Rita Alejandra Mancini, y luego Generoso, hijos que no recibieron lo que les pertenecía, porque les robaron absolutamente todo lo que les correspondía, pero gracias a Dios, ellos no han necesitado nada de los Mancini, nunca pueden decir que yo les pleitee, nunca he hecho nada. Yo busqué al abogado Carlos Gutiérrez Navarro para que defendiera los derechos gerenciales de mis hijos. Doña Rita, la abuela de mis hijos, se presentó con un documento que decía: Yo Rita Alzamora, viudad de Mancini, le dono a los menores Rita Alejandra Mancini y Generoso Mancini Meyer, la suma de 500.000 pesos, dicho documento lo hizo válido el abogado Gutiérrez Navarro, desapareciendo la página del libro de registro de mi hija y rompiendo los papeles que reconocía sus derechos hereditarios por lo que se encuentra pendiente la reclamación de los derechos gerenciales de mis hijos por parte de su padre y de su abuela, la ya fallecida Rita Alzamora viuda de Mancini. Yo quiero mucho a mi tierra, pero lo único que ha faltado es que me quemen viva. Les robaron a mis hijos su derecho. Ellos son muchachos maravillosos, Rita está casada y tiene cinco hijos, mi hijo Generoso está soltero.
Mi segundo matrimonio fue con judío argentino, Elías Zilberberg, de ese matrimonio nació una hija muy hermosa que se llama Irene, vive en Estados Unidos y tiene una bebita. Me convertí al judaismo, estuve casada 11 años con él, un hombre culto, educado, me trató muy bien durante once años de matrimonio, pero se acabó el amor, y cuando se acaba el amor, no entiendo por qué hay que seguir atada a otra persona.
Mi cuarta hija es Natalie, ella es mi princesita, el regalo más preciado que me ha dado Dios, hija de Rubén Darío Borrero, fue mi último esposo, me casé con él en la Catedral de Barranquilla a las 10 de la noche, con todos los bombos y platillos que alguien se pueda imaginar, eso fue en la sacristía de la Catedral, era la primera vez que se celebraba un matrimonio allí, fue en el 1989, demoré 6 años casada con él, se nos acabó el amor, aún no nos hemos divorciado, él dice que no se vuelve a casar más nunca, pero yo sí pienso volverme a casar.
Mi tercer matrimonio fue con el portorriqueño Jorge Acevedo, con él no tuve hijos, fue un hombre que me dio todos los gustos y caprichos de la vida. El cuarto matrimonio fue con Henry Vellojín, tampoco llegué a tener hijos con él.
Soy conocedora de muchos países del mundo, he ido muchísimas veces a Europa, me tocó la guerra de los 6 días en Israel, conozco a Rusia, he vivido en varios lugares de los Estados Unidos, conozco varios países de Centroamérica y Suramérica, en mi vida han existido hombres famosos, como lo fue Omar Torrijos, el presidente de Panamá, él fue mi novio, mi amante, mi amor, sostuvimos una relación de dos años. Al hijo del rey de Kuwait le quise mucho, he compartido mi vida con gente muy especial, cada uno de ellos son una historia, y a todos los he amado, tal vez a algunos más que otros. De mi país también han salido hombres famosos muy allegados a mi vida, como lo han sido Andrés Pastrana, Alejandro Obregón, Rafael Escalona. He conocido a personajes famosos del mundo como Julio Iglesias, mi amigo del alma; Grace Kelly, princesa de Mónaco, la que se casó con el Príncipe Rainier. Estuve en el baile de Rosa Roja, que es un evento que hace la Cruz Roja, fui con un buen amigo que se llama Rudy Díaz Granados, a ese acto asistió toda la costa francesa, tuve el privilegio y la emoción de conocer a esos personajes tan famosos, gente descomplicada y bella, eran personas asequibles, a quienes podías saludar, hablar con ellos, tomar fotografías sin ningún problema, eso fue en Montecarlo.
Luego en París fui a visitar un novio que tenía allá, su nombre Ricardo González, y me ennovié con otro. De Ricardo González Jhonson tengo muchas anécdotas que contar, un hombre muy amoroso. Quiero hablar un poco de mis mejores amigas, entre ellas está Gladis Vaca, quien viajó varias veces a otros países conmigo, ella conoció al general Torrijos, voló conmigo en el avión presidencial, puedo decir que fue testigo de ese amor del general conmigo. Una vez que viajamos a México, ya el avión estaba listo para despegar y ella nada que aparecía, y cuando por fin apareció, me tocó mandar que detuvieran el avión y regresara por ella, entonces la enviaron en un carrito donde sacan los equipajes, hasta donde ya había avanzado el avión.
También estuvimos juntas en Panamá, en España, en las corridas de toros y en Venezuela, la corrida de la prensa, y de ella queda una anécdota muy simpática. Paquirri iba a torear y me invitó que yo fuera y yo llevé a mi hermana e invité a mi amiga, luego Paquirri llega al lobby del hotel y me pregunta que quiénes son las mujeres que me acompañan, le respondí que mi hermana Mildred y mi amiga que es mi talismán, y me pregunta - ¿Y eso qué quiere decir guapa? – Le respondí que ella hacía unas cosas maravillosas, que lo ayudaría a ganarse el trofeo, y se puso contento y me dijo que iba a subir y después la mandara porque él quería hablar con ella, y yo le dije a Gladis que se preparara porque yo le había dicho a Paquirri que ella era bruja, que comprara matas y perfumes y subiera a la habitación, y ella comienza a decirle al difunto Paquirri: “Maestro, le voy a aplicar un baño con estas hojas y este perfume, que le harán ganar toda la feria” y él maravillado y feliz, se hizo amigo de Gladis y cuando vino a Colombia, me llamó desde Bogotá diciendo que fuera y le llevara a la pequeñísima Gladis para poder ganar la feria en esa ciudad; y como el anterior, tengo infinidades de recuerdos, como en otra ocasión que estuve en México y ella estaba más asustada que yo al ver cuántos hombres estaban en el hotel, enamorados de mí, claro que yo no tenía nada con ellos, lo que parecía lindo, era que todos estaban pendientes de mí, y eso le sube el ego muchísimo a uno, y llega el momento en que uno no lo puede creer que en un mismo sitio, hubiera más de cinco hombres, como se dice vulgarmente, alborotados por mí, y yo estaba de visita, yo no me podía dedicar a salir con uno solo, así fue que me tocaba compartir con casi 10 hombres en una misma mesa, claro que entre ellos no se decían que yo les gustaba, sino que yo lo sabía, porque algunos me mandaban flores, otros perfumes, me llamaban a la habitación, todos eran hombres muy bellos, aunque solo uno me llamó la atención de verdad, aunque andaba por mi tercer matrimonio, esto no quería decir que yo estuviera que estar con un velo tapándome, ni con un letrero que dijera que era casada, a mí me encanta la conquista, me fascina, entonces yo era feliz conquistándome toda esa cantidad de hombres, cuando eso estaba de matrimonio con el portorriqueño Jorge Acevedo, él era un economista industrial.
Pensarán ustedes, cómo hacía para andar de viajes si estaba casada, pues bueno les contaré que él era un playboy, y no tenía problemas de complicaciones, porque yo no iba de viajes a hacer el amor, yo iba solo de paseo, por ejemplo, el médico que me atendía en Miami se enamoró de mí, y una vez se enteró que estaba en México, de inmediato se fue para allá, y como esa varias situaciones que muchas veces eran inevitables. Pero yo estoy hablando con la verdad, por lo general las mujeres que salen de viajes, les dicen a sus esposos que la están pasando mal, muy tristes porque ellos no están, en fin se inventan una cantidad de mentiras, yo no, le digo que he pensado en él, pero que igualmente me he divertido, que conocí un hombre guapísimo, que se enamoró de mí, pero que yo aún estoy enamorada de él, no veo la necesidad de esconder el sentimiento que uno tiene cuando está en otra parte, y eso también va para los hombres, yo he hecho de todo, menos gustarme las mujeres y meter droga, soy una mujer de una buena mesa, de un buen vino, pero que levante la mano alguna de las personas que me conozca y diga que estoy mintiendo, y he tenido amores fuera del matrimonio, que los he querido exactamente como si me hubiese casado con ellos.
Pero quiero hablar de mi primer esposo Generoso Mancini, quien fue el padre de mis hijos mayores, era un hombre extraordinario con unos ojos lindos, eran los ojos más lindos que he visto, unos ojos expresivos, un hombre introvertido, de él aprendí mucho, lo conocí siendo una ‘culicagada’, cuando tenía 13 años y me lo presentó Enrique Sarasola, porque Geno andaba preguntando quién era yo, y claro él me llevaba muchos años. Enrique, el novio de la muñeca Marulanda, que era mi amiga, yo le hacía la coartada a ellos porque eran novios a escondidas, porque sus padres decían que él era un español aparecido. Generoso apareció un día que yo iba para el matrimonio de Fanny, mi amiga judía, ya iba saliendo cuando veo semejante hombre mirándome, y me enamoré de él inmediatamente, fue el hombre de mi vida, a los 16 años quedé embarazada, se puso muy feliz cuando se enteró, él también era joven, claro, pero comparado conmigo era mucho mayor. Un amigo de él, que se llamaba Chato Fernández, vino un día a mi casa e hizo una proposición deshonesta, pero yo conocía el corazón de Generoso Mancini y sabía que esa proposición no la hacía él, de que me hiciera un legrado, y después del legrado se casaba conmigo, yo no lo acepté y eso lo comenté con un gran amigo de mi familia, el doctor Eduardo Mendoza Lince, le dije lo que me estaba pasando, y luego me fui a Bogotá, mi madre un poco acongojada por lo que me ocurría, porque se lo comunicaron a ella, ya que no fui capaz de comentárselo a mi familia.
Yes cuando Eduardo Mendoza toma cartas en el asunto para hablar con Geno para que nos casáramos y yo no acepté nada de eso, nació mi hija en la Clínica del Country, no le faltó absolutamente nada ni a mí tampoco, sus padrinos Gladis y Eduardo les regalaron de todo, lo mismo que Regina Arrieta, los dueños del colegio Gabriela Mistral y Lucy Abuchaibe. Cuando Generoso se enteró de que su hija había nacido, estaba jugando billar en el Country Club de Barranquilla, alquiló un charter Barranquilla – Bogotá, y en ese tiempo alquilar un avión era algo fantasioso, llegó a la clínica con un paquete inmenso de rosas rosadas y me las tiró en la cama, en ese momento tú te olvidas absolutamente de todo, yo lo quise a él muchísimo y le perdoné absolutamente todo, pero sin embargo me quedé viviendo en Bogotá y él veía a mi hija; yo tenía una enfermera que la cuidaba y después de un tiempo empecé a trabajar con el McGregor, fui modelo exclusiva de ellos, me tocaba viajar por todo el país; en esa estadía en Bogotá conocí a un hombre extraordinario de religión hebrea, Simón Chehebar, un muchacho judío de Bogotá, un hombre exquisito, tengo recuerdos muy lindos de él.
Yo no era mujer de Generoso en ese momento, nosotros habíamos roto esa coyuntura que había, yo nunca le mentí, pero él pensaba que yo estaba mintiendo. Cuando vine de Bogotá con McGregor y con Olga Lucía Botero, la que se casó con Pepe Cáceres, la mamá de Adriana Eslava, Olga Lucía que fue reina de reinas y vine con ella al desfile, en ese momento era alcalde de la ciudad Ricardo González Ripoll, mi primo; Generoso me preparó una comida y el judío vino a verme a la casa de mi mamá, preguntó por mí y Generoso estaba ahí, y hubo ruptura del judío conmigo, él pensó que yo estaba mintiendo porque Generoso le dijo que si él no sabía que nos íbamos a casar el mes entrante, que era mi marido, y él dijo, tengo entendido que usted es el padre de la niña, pero no que sea su marido, y agregó: “Señor Mancini, usted móntese en la canoa y rémela o de no deje que otro la reme”.
Me fui nuevamente para Bogotá, pero en mi corazón siempre estaba el judío y él nunca me perdonó, luego me vine nuevamente para Barranquilla, Rita ya tenía dos años, empezamos a estar juntos otra vez y quedé nuevamente embarazada de Generoso, así tuve mi segundo hijo, Generoso Mancini Junior. Mi relación con su padre era muy cordial otra vez, me fui para Bogotá a que me vieran los médicos y recibí la triste noticia de que Generoso se había ahogado en Santa Marta, de ahí empezó un gran apoyo de sus amigos para mí, tengo recuerdos lindísimos de Arturo Fernández Renowitzky, a quien le decíamos Turi cariñosamente, y de Roberto Pumarejo, pero más que todo de Turi, él fue la persona que me dio todo el apoyo que necesité, “qué hombre tan grande”, en esa época iba a mi casa y me llevaba un cheque de 1.500 pesos que en el año 64 era un mundo de dinero, todo esto, sin tener ningún roce, más que la amistad verdadera. El 24 de diciembre de ese mismo año, Turi Fernández se apareció con el Niño Dios más grande, hasta con triciclo para mis hijos, me dijo: “Es lo que a mi amigo le hubiera gustado regalar a sus hijos, aquí está esto Nancy”. También fue espléndida conmigo Rita Mancini de Mier.
Anécdotas de Gladis Vaca, amiga de Nancy: “Yo me casé por segunda vez y decidí no avisarle a nadie, eso fue en las horas de la mañana, había pasado todo, cuando a las 7 de la noche siento una cantidad de cohetes explosivos, luces de todos los colores en el aire, dije de inmediato, esa es Nancy, y fueron entrando meseros, mariachis, champaña, comida, todo especialmente para que comenzara la fiesta, y hasta los invitados los llevó ella, y me enseñó eso de romper las copas para que el matrimonio durara más. Nancy ha sido muy especial para sus amigos. En otra ocasión ella conoció a un jugador de fútbol que se llamaba Nelson Díaz, Copa Mundo, el hombre se enloqueció con ella, estaba maravillado y ella igual, y dijo que se lo iba a levantar, y se lo levantó porque así era ella. Otra de las anécdotas que hay que contar, es que un día llegó un amigo de Cartagena a almorzar en mi casa, invitado por Nancy, y según ella él jamás le había tocado un dedo, comieron y después de comida él llamó a un hermano por teléfono y le decía, todo pasó como lo planeé, estoy con una mujer espectacular, ya hice el amor con ella, llevo tres, y yo como en fin curiosa, he cogido la extensión y me quedaba boquiabierta de lo que decía el hombre a través de la línea. “Habla Nancy, ya lo ven, mentalmente algunos hombres hasta hacían el amor por mí, y como ese muchacho me pasaron muchas cosas iguales, a mí me han regalado la luna y las estrellas.
Continuará mañana la tercera parte…