Ha venido creciendo en el Atlántico el número de personas que utilizan la bicicleta como transporte o recreación; estos últimos se han organizado en diferentes grupos para ejercitar con este vehículo que tantos beneficios trae para la salud, la movilidad y el medio ambiente.
Es tanta la importancia que se le está concediendo en otros países a la bicicleta, que se vienen rediseñando las urbes para crear las biciciudades, mientras que en nuestro medio no se le ha tenido en cuenta hasta ahora en la planeación urbana. Por eso los diferentes practicantes del pedaleo esperan que el Plan de Ordenamiento Territorial, POT, cumpla con la medida internacional que estipula por cada 100.000 habitantes, 25 km de bicisendas. Rosiris Viana, consultora en movilidad y ciclismo, de la Red Internacional Movilization, cuyos coordinadores son holandeses y alemanes, considera que si Barranquilla tiene más de 1.264.000 habitantes, mínimo se necesitan 300 km de ciclorrutas, lo cual en el momento está muy lejos de cumplirse. Además es un requerimiento del BID al escoger a la ciudad como sostenible y competitiva.
Algunos de los entusiastas grupos de ciclistas que circulan por la ciudad y las carreteras son Carril verde, Pelícanos, Playa Bici y Mar, Urban Bike, Martes de Ciclorruta, Bicis Tour, Monte Bike, City Bike y Biela Quilla, cuyo coordinador Raúl Medina, al igual que para Juan Bernadó, arquitecto y demás practicantes del ciclismo recreativo, falta mucho para que exista conciencia sobre el uso de este vehículo; en su mayoría autoridades y ciudadanía irrespetan a los pedalistas, no les proporcionan espacios apropiados y sufren de inseguridad, por la accidentalidad vial y la delincuencia.
Por Yomaira Lugo Consuegra
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