David Barguil es un joven representante a la Cámara por el departamento de Córdoba que está librando decididas batallas en favor del ciudadano común, poniendo en evidencia los abusos que algunas empresas cometen para engordar sus arcas a costillas del impotente usuario. Godo él, por supuesto, da en el blanco, pues trata temas que a todos afectan, como el que develó Juan Gossaín sobre el abuso en los precios de los medicamentos, que algunos aquí en Colombia alcanzan a superar el cuatrocientos por ciento del valor de venta en cualquier país vecino, y ni hablar de los precios europeos. Además se puso en evidencia que existe una institución oficial con un rimbombante nombre de esos que los cachacos saben poner con siglas y todo y que, como siempre, mucho nombre y poca efectividad. La tal Comisión de Regulación nada regula, se venían haciendo los de la vista gorda y, pese a la cantaleta que les montaron, solo bajaron algunos medicamentos y le siguen bailando el indio a los de mayor demanda, atentando descaradamente contra vida y salud de los colombianos. Se pasan de piña.
El representante Barguil ha puesto también en el banquillo a bancos y banqueros, que avasallan al pequeño ahorrador. Mostró ejemplos de personas que consignando un salario mínimo en una cuenta de ahorros, y dejando la platica ahí quieta durante dos años, termina con cero pesos y debiéndole al banco, por aquello de las cuotas de manejo y arandelas. En un debate televisivo frente a la presidenta de Asobancaria, quien pese a sus aburridos timbre de voz y expresión debe ser un lince porque está ahí hace muchos años, quedó claro que no hay argumentos válidos para mantener las normas que regulan un sector que cuando está en la olla todos ponemos, y cuando como ahora anda en la retula, seguimos poniendo y además nos quita a su antojo.
En lo del cemento también hay mucha tela donde cortar. A propósito del público debate suscitado al respecto, circulan correos con datos del exagerado precio, que por ejemplo a los gringos les cuesta USD 109,56 la tonelada, mientras a nosotros USD 250, cerca de dos veces y media más caro, una diferencia de 140 dólares, que para las once millones de toneladas que se venden, podríamos ahorrarnos mil quinientos millones de verdes, casi trescientos mil millones de pesos que servirían para muchas viviendas y obras de infraestructura que ejecuta el Estado. Alguna vez frente a cierta competencia la bolsa de cemento, que hoy vale casi 25.000, llegó a conseguirse a diez mil, confirmando que se pasan de piña. Actualmente Juan Manuel Ruiseco, el mayor conocedor del negocio en el país y forjador de los éxitos del antes Cementos Caribe, con sus hijos ha montado en Galapa una moderna planta que según la prensa puede producir hasta 500.000 toneladas, ojalá salga con un precio razonable para que surta el mercado costeño, y podamos aquí escapar de los que se pasan de piña.
Las empresas de telefonía celular no se quedan por fuera, hacerse atender es un camello, al usuario lo tratan como si le hicieran un favor, las llamadas se caen, el sistema también, cobran al garete, parecieran tener más usuarios de lo que resisten sus plantas y, lo peor, nada hacen para evitar que celulares robados puedan seguir funcionando. Se pasan de piña.
Coletilla ambiental: La vía entre Las Flores y La Playa está siendo intervenida por lo que parecen invasiones (no tienen aviso de licencia) que talan mangles y rellenan la Ciénaga Mallorquín. ¡Ojo Damab y CRA!!
Por Roberto Zabaraín
rzabarainm@hotmail.com