Después de superar una serie de incidentes a lo largo de varios meses, el gerente del Centro de Eventos del Caribe, CEEC, ‘Puerta de Oro’, Jaime Pumarejo Heins, abrió la licitación para la construcción de la primera fase de este centro, que tendrá una inversión inicial de 51 mil millones de pesos.
Simultáneamente, se ha informado la puesta en marcha de otro proceso licitatorio para seleccionar al ejecutor de un desarrollo inmobiliario aledaño que tendrá un área de 70 mil metros cuadrados y por el cual se esperan ventas del orden de los 460 mil millones de pesos. Los interesados serán promotores inmobiliarios de gran experticia y vinculados a franquicias hoteleras reconocidas a nivel mundial.
El CEEC, como se sabe, se construirá en el antiguo lote de la empresa Peldar, en la Vía Cuarenta, cuya área es de 85 mil metros cuadrados y se encuentra a orillas del Río Magdalena. Contará con recinto ferial, centro de convenciones, torres empresariales y hotel. Dispondrá de bares y restaurantes, y tendrá, además, un malecón turístico y un muelle que permitirá a los barranquilleros y visitantes pasear por el Río.
El recinto ferial será de 34.500 metros cuadrados y dispondrá de un pabellón de 8 mil metros cuadrados donde se podrán realizar exposiciones, ferias y conciertos para unas 16 mil personas.
El CEEC es un modelo de aplicación positiva de la alianza público-privada donde confluyen el Gobierno Nacional, la Alcaldía Distrital, la Gobernación, la Cámara de Comercio –donde se gestó este proyecto desde hace varios años–, y el sector privado. El diseño del proyecto estuvo a cargo de una prestigiosa firma argentina de arquitectos.
El CEEC, con la monumentalidad con que se ha concebido, se perfila como uno de los más importantes proyectos de la Barranquilla del siglo XXI y va a tener un gran impacto para el clima de inversión en la ciudad y para que esta se convierta en referente internacional en materia de negocios y cultura.
Se ha concebido esta obra con una perspectiva de largo y para darle a Barranquilla un escenario perdurable en el tiempo. Tiene sentido este proyecto si, además, se le concibe ligado al desarrollo de su entorno, lo que exige una recuperación urbanística integral de los barrios Siape y San Salvador, aquejados crónicamente de serios problemas de marginalidad y pobreza.
Creemos muy importante también que por fin la ciudad terminará el desgastante pugilato que vivió alrededor de la ubicación del CEEC.
Esta es ya una discusión superada. Al final se impuso la decisión más realista, la que más convenía a la ciudad. Tras el debate, se abrió paso el consenso en torno a que La Loma –originalmente pensada como el lugar del CEEC– requiere un desarrollo a futuro y hay en marcha un proceso para que así sea. La Avenida ‘León Caridi’, el malecón y las obras en marcha en el entorno deben contribuir a que La Loma se convierta en una gran ventana al Río Magdalena.
Con el CEEC, fortalece Barranquilla la infraestructura que se requiere para ser una ciudad con mejores condiciones para ser competitiva.