Resulta complicada la situación que se vive en la Administradora Colombiana de Pensiones (Colpensiones) con la renuncia el pasado viernes de su presidente Pedro Nel Ospina.
A unos diez meses de su rimbombante entrada en funcionamiento en remplazo del antiguo ISS, para miles de colombianos pensionarse se ha convertido en una odisea, siendo incesantes las quejas, derechos de petición y demandas en contra de Colpensiones de quienes aspiran a alcanzar tal derecho ganado con sudor y esfuerzo.
El nuevo presidente de Colpensiones, Mauricio Olivera, tendrá que idear propuestas concretas para dar solución a las inconformidades generadas por el deficiente servicio que recibe un significativo porcentaje del millón de pensionados, de los dos millones de cotizantes activos y de los seis millones 500 mil afiliados. Dichas quejas provienen de diversas fuentes, pero en especial de los más de 800 mil trámites rezagados, la lentitud en la solución de las 216 mil solicitudes de reconocimiento de pensión y de 300 mil correcciones de historia laboral.
La entidad no da abasto con las más de 109 mil tutelas que han tenido que atender en su contra y al ISS en liquidación, y la Procuraduría está tramitando 3600 quejas por pérdidas de semanas de cotizantes durante el traslado de información entre las dos entidades. Es tanto el caos administrativo que, según trascendió, hasta el mismo ministro de Trabajo, Rafael Pardo, en cierto momento tuvo dificultades para obtener su historia laboral.
‘Ad portas’ de esa demorada reforma pensional, para muchos era previsible que el panorama actual que ofrece Colpensiones fuese desolador ya que a todas luces el proceso de entrada en operación fue acelerado, no se contó con la plataforma tecnológica segura para el traslado de información, ni con el personal debidamente capacitado, y mucho menos con un adecuado protocolo de procedimientos, no sopesándose los riesgos en la atención de los millones de colombianos que justamente exigen se les permita acceder a su jubilación. Ya la Comisión Séptima de la Cámara había advertido anticipadamente que la nueva entidad no estaba aún preparada para entrar en funcionamiento.
Como si fuera poco, según el ministro Pardo, cada año 300.000 personas en Colombia cumplen la edad de pensión y solo 60.000 la obtienen. Es decir, se quedan 240.000 personas sin pensión y sin ningún tipo de apoyo para la vejez. Esto hace necesario que se dé trámite en el Congreso a la tan esperada reforma pensional, la cual, si no se presentó en el primer período parlamentario, puede verse complicada de debatir en el segundo período pues es factible que los legisladores comiencen a pensar más en elecciones y menos en la aprobación de proyectos.
Se espera que el Plan de choque que actualmente adelantan de manera conjunta el Ministerio de Trabajo, la Defensoría del Pueblo, Colpensiones, el Instituto de Seguros Sociales en liquidación, la Contraloría General de la República y la Procuraduría General, entre otros, dé una solución digna a esta crítica situación pensional. Mediante este Plan de acción la nueva administradora del Régimen de Prima Media se compromete en poner al día hasta el 31 de diciembre lo más que se pueda del represamiento de las solicitudes llegadas después de su entrada en funcionamiento y de las heredadas de la desorganización y desinformación del ISS.
Anhelamos que este esperanzador compromiso que asume el nuevo presidente de Colpensiones, Mauricio Olivera, sea un efectivo salvavidas para los angustiados usuarios que con la incertidumbre de esta caótica situación ven peligrar su merecido derecho a alcanzar una adecuada calidad de vida en su vejez después de haber aportado sus mejores esfuerzos trabajando durante largos años en el sistema laboral colombiano.