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La última encuesta nacional de Convivencia y Seguridad Ciudadana publicada en días recientes por el Dane refleja algunos resultados positivos y otros preocupantes respecto a los niveles de seguridad que se han vivenciado en el último año (entre abril de 2012 y marzo de 2013) en 20 ciudades de Colombia.

Por un lado, la investigación arroja que, en comparación con los resultados del año anterior, ha disminuido el número de personas mayores de 15 años que han sido víctimas de hurto a residencias, a individuos y a vehículos (330.000 colombianos menos) así como en la frecuencia de riñas. Según el sondeo, 1 millón 252 mil ciudadanos se sienten más seguros que antes, lo cual es un indicador positivo en la percepción de seguridad en 13 de las 20 ciudades incluidas en la Política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana.

A su vez, este termómetro nacional refleja resultados especialmente benéficos para Barranquilla, pues mientras el 18,5 % de la población a nivel nacional reportó haber sido víctima de algún delito una vez en ese año, en nuestra ciudad esa cifra fue de 11,8 %. De igual manera, en la capital del Atlántico el denuncio por hurto a personas, el hurto a vehículos (en su totalidad o en partes) y el porcentaje de hogares que reportaron riñas y peleas estuvo en un rango muy por debajo de la media estadística. Un indicador negativo para Barranquilla fue el porcentaje de hogares que reportaron hurto a residencia.

Resulta llamativo el hecho de que el celular siga siendo el objeto más hurtado en Colombia: 1 millón 100 mil personas denunciaron a las autoridades en ese período el robo del mismo, cifra que se considera puede ser mayor si se tiene en cuenta que en muchos casos no se recurre a las autoridades. Precisamente, esto último es un aspecto preocupante que se ve reflejado en los resultados de la encuesta, pues apenas un 24,4 % de los 172.275 colombianos a los que se les aplicó el estudio expresó que prefería no acudir a denunciarlo a las autoridades competentes. En Barranquilla la tasa de denuncia fue apenas del 26,2 %.

No se deben pasar por alto estos bajos índices de denuncias, ya que, como lo reconoció el alto consejero presidencial para la Seguridad y Convivencia, Francisco Lloreda, se interpretan como producto de la alta desconfianza y escasa credibilidad de la población en que las autoridades puedan solucionar su problema, por temor a la peligrosa represalia de los delincuentes, por el desconocimiento acerca de los pasos para denunciar, o porque consideran una engorrosa e improductiva tramitología el gastar tiempo en esos menesteres.

En consecuencia, este detalle estadístico nos habla de una realidad que se está presentando en nuestra población, que en cierta medida echa al traste el objetivo de estas encuestas, que es arrojar información fidedigna para ajustar las estrategias para combatir la delincuencia por parte del Ministerio de Defensa, la Policía Nacional y los entes que participan en la política de convivencia ciudadana. Si el 75 % de los colombianos (2.347.500 ciudadanos) se abstiene de acudir a la Policía o Fiscalía a denunciar los delitos de hurto, riñas callejeras y extorsión, entonces se presenta un subregistro en las cifras que manejan la autoridades, especialmente en aquellas acciones delincuenciales de mayor impacto, lo que dificulta tomar las medidas de seguridad requeridas para combatirlas.

Sería, por tanto, muy importante que se implementaran políticas persuasivas para que los ciudadanos venzan su pasividad o su temor y denuncien a las autoridades los delitos, tanto los que sufran en carne propia o perciban a su alrededor, porque es la única forma de combatir la actividad de los criminales y de conseguir que las autoridades trabajen sobre cifras fiables, con el fin de adoptar las medidas pertinentes en la lucha contra la delincuencia.