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En su primera manifestación pública, ayer en Barranquilla el presidente-candidato Juan Manuel Santos dio a conocer las 'metas ambiciosas' con las que aspira convencer a los colombianos para que lo reelijan. (Ver galería Optimismo, béisbol y boxeo, protagonistas en la campaña de Santos en Barranquilla).

En el estadio Tomás Arrieta, repleto por una multitud que fue llevada en decenas de buses por los barones atlanticenses de la Unidad Nacional, que mostraron otra vez su maquinaria electoral, Santos, congruente con el lema de su campaña, dijo que, con su fórmula vicepresidencial Germán Vargas Lleras, 'vamos por más', tras asegurar que 'hemos cumplido' las 110 promesas de su actual mandato.

Contrario a lo que dice el expresidente Álvaro Uribe cuando afirma que Barranquilla es su 'novia esquiva', Santos, en busca de ganarse el apoyo de los barranquilleros, dijo que la capital del Atlántico es 'mi novia fiel' en la que 'solo se puede hablar de esperanza y de victoria', y dio a conocer, a grandes rasgos, las metas de lo que sería su segundo mandato.

Tras una breve intervención de Vargas Lleras y la presentación de la Banda de Baranoa, que lo recibió interpretando Colombia tierra querida, el presidente-candidato, en un discurso de 35 minutos, prometió 'otro millón de viviendas', para las familias de escasos recursos; generar 2,5 millones de empleo; seguir con la 'revolución del Sena' para que los jóvenes estudien carretas técnicas; convertir al país en 2025 en el 'mejor educado' de América Latina y aumentar la cobertura de agua potable y alcantarillado.

Luego de anunciar la terminación de las vías de doble calzada, como la Ruta Caribe y la de Barranquilla-Ciénaga 'si el obstáculo ambiental (del Parque Salamanca) lo permite', Santos se comprometió a 'construir el nuevo Puente Pumarejo' como parte de la estrategia para recuperar la navegabilidad del río Magdalena. (Lea también Tras bambalinas: buses, raspaos y kits de campaña santista).

Anunció que incrementará los recursos asignados al sector agropecuario, que este año suman $5,2 billones, y ampliará la cobertura de programas sociales como Primera Infancia, Jóvenes en Acción, Familias en Acción y el de los adultos mayores.

En materia de seguridad recordó que su Gobierno dio de baja a los jefes guerrilleros más importantes y ha capturado a los cabecillas de las bandas criminales, pero dijo que 'no estoy contento' con lo que pasa en las ciudades. Expresó que le inquietan el atraco en las calles, el raponazo de celulares, los robos a mano armada y el microtráfico.

Al anunciar nuevas herramientas tecnológicas para la Policía y el reforzamiento del pie de fuerza en las áreas urbanas, reafirmó su 'declaración de guerra contra los hampones; ni una tregua, ni un descanso en la lucha contra los delincuentes'.

Guerra o paz. Ante la multitud, Santos expuso su principal estrategia electoral: la paz. Les dijo a los asistentes que las elecciones presidenciales que vienen 'son las más importantes de los últimos 50 años'.

Planteó que los colombianos van a escoger entre dos caminos: el del miedo o el de la esperanza; el de la guerra o el de la paz; el del pesimismo o el optimismo; si se aferran al pasado o si construyen un mejor futuro. (Leer 'No aceptaré ningún apoyo de nadie que esté cuestionado': Juan Manuel Santos).

'La verdadera seguridad, la definitiva, es la paz', indicó, y manifestó que vino a Barranquilla para decirle al país que 'estamos listos para seguir adelante y terminar la tarea'.

En tarima

Apoyo de Rentería

Antes de iniciar su discurso, Juan Manuel Santos recibió en tarima el apoyo del Grandes Ligas Édgar Rentería, quien le regaló uno de los bates negros Lousville de madera –34 pulgadas y 32 onzas de peso– hecho a la medida para él en el béisbol profesional de EEUU. 'Le regalo este bate para que dé el jonrón de la paz', le dijo Rentería. Santos, en agradecimiento, anunció la remodelación del Tomás Arrieta.

En guardia con Bassa

Otra sorpresa de ayer fue el apoyo que el excampeón de boxeo Fidel Bassa le ofreció a Santos, quien, en medio del ‘show’ que se armó le montó guardia. En medio de risas, terminaron en un abrazo.