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Llámese controversia, malentendido, rifirrafe, camorra, discrepancia o desavenencia, resulta paradójico que en un país que abriga la esperanza de la paz, buena parte de los encontrones en este año que termina surgieron precisamente en virtud a la mesa de diálogos instalada hace dos años en La Habana, Cuba. La historia se repite, pero así, cíclicas, son las noticias en Colombia, aunque con protagonistas de distintas tendencias, algunos más beligerantes que otros, que cazaron peleas con contradictores de todos los orígenes.

Frente al proceso de paz, la lista de contendientes la encabezan el senador Álvaro Uribe Vélez, el procurador Alejandro Ordóñez, el fiscal Eduardo Montealegre y el propio presidente Juan Manuel Santos; su hijo Martín y su primo hermano Francisco Santos. Pero las discrepancias no solo se dieron en torno al referido proceso, sino a las campañas políticas en un año de elecciones legislativas y presidenciales y la lucha jurídica del alcalde Gustavo Petro por mantenerse en el cargo, entre otros temas.

Los escándalos involucraron a periodistas, analistas, políticos, fiscales, jueces abogados y personas de diversas condiciones que no cesan en su brega diaria por alcanzar sus derechos fundamentales como la educación, la justicia y la salud. En estas peleas de causas justas, se cuentan las de las víctimas por conductores ebrios, las de las madres de los niños de Fundación, las de los estudiantes de la Universidad San Martín y la de la joven cesarense Camila Abuabara, en su lucha por la vida y contra el sistema de salud.

El 2014 había iniciado con las secuelas de la tormenta política desatada en el diciembre anterior ante la destitución, en primera instancia, proferida por el procurador Ordóñez contra el alcalde de Bogotá. De entre ese desperdigue de esquirlas sonó el nombre de Francisco Santos como uno de los presuntos conspiradores en el tema de las basuras, denuncia que enfrentó al exvicepresidente con Otty Patiño, funcionario de la Administración Distrital que lo denunció.

El primer mes del año transcurrió además con una suerte de pelea intrafamiliar desatada en la convención del partido Conservador que terminó dividido entre la bancada parlamentaria que apoyaba la reelección de Santos y quienes finalmente eligieron a Martha Lucía Ramírez como candidata única, postulación infructuosamente demandada por algunos conservadores ante el Consejo Nacional Electoral

Y así como los episodios que año a año se repiten: las víctimas de balas perdidas en enero, los incendios forestales de febrero o los niños quemados con pólvora en diciembre. Igual sucede con los personajes de la realidad nacional que reinciden en sus confrontación generando en el público ese continuo deja vú. 

La disputa electoral

La campaña presidencial se convirtió en un espacio de confrontación entre los dos principales candidatos, que luego midieron sus fuerzas en la segunda vuelta: Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga. Ambos se vieron envueltos en escándalos que agitaron la contienda electoral. Mientras Zuluaga intentaba responder sobre su relación con el hacker Andrés Sepúlveda, Santos hacía frente a las acusaciones del uribismo sobre los supuestos dineros del narcotráfico en su campaña en 2010. Estos dos acontecimientos, más las opiniones sobre el proceso de paz, fueron los temas protagonistas de los comicios en 2014 y de los debates electorales. En estos espacios, en su mayoría televisados, Santos y Zuluaga hicieron fuertes ataques mutuamente, con calificativos como 'irrespetuoso', 'tramposo', 'traidor' y 'mentiroso', e incluso los colombianos fueron testigos de varios momentos donde los candidatos perdieron la compostura.

Procurador contra fiscal

En vista de su desemejanza ideológica, las discusiones entre el procurador Alejandro Ordóñez y el fiscal Eduardo Montealegre son de nunca acabar. El primero no comparte del segundo sus posiciones frente a temas como el aborto o el mecanismo de justicia transicional para los guerrilleros que se desmovilicen una vez se firme un acuerdo de paz. Mientras Ordóñez pide cárcel para los guerrilleros de las Farc y clama por una 'paz sin impunidad', Montealegre considera viable las penas alternativas y las garantías para que los reinsertados puedan en el futuro aspirar a la política. El más reciente contrapunteo de los funcionarios se dio a partir de la posibilidad de que el narcotráfico sea conexo al delito político. El procurador está en desacuerdo con los beneficios jurídicos para guerrilleros que hayan incurrido en ese punible, pero Montealegre considera que, en medio del conflicto, el narcotráfico ha sido un instrumento de la lucha armada de los grupos rebeldes.

Una relación que empeora

Las declaraciones del fiscal general, Eduardo Montealegre, contra la excontralora Sandra Morelli y viceversa se agudizaron este año. El punto más crítico de esta distante relación fue en agosto de este año cuando Morelli afirmó que 'si el fiscal pudiera pedir que me mataran, lo haría'. Esto lo dijo horas después de que se conociera que la Fiscalía le imputaría cargos por peculado y contratación sin el cumplimiento de requisitos legales a Sandra Morelli. Días después la excontralora salió del país y desde Roma señaló al fiscal de tener una persecución contra ella y de manejar el organismo judicial con intereses políticos y económicos; además ratificó sus señalamientos acerca de que Saludcoop le entregó dineros al fiscal general y afirmó que el presidente de la República ha venido criando un ‘cuervo’. En su respuesta, Montealegre le pidió que regresara al país a responder ante la justicia.

El escándalo del hacker

El desmantelamiento de la casa de espionaje ‘Andrómeda’ y la posterior captura del hacker Andrés Sepúlveda, fueron raíces que se ramificaron en varias polémicas y cuyos ecos retumban en la expiración del 2014. Uribe y el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga calificaron las pruebas con las que cuenta la Fiscalía como 'vulgares montajes'. El presidente Santos pidió castigos para los responsables, Uribe contraatacó diciendo que a la campaña del reelegido mandatario entró dinero del narcotráfico y Sepúlveda denunció que la gente del Centro Democrático lo había abandonado después de su captura y de que él mismo reconociera que fue contratado por miembros de ese partido para desprestigiar al proceso de paz y a varios contradictores del uribismo. Este, sin duda, fue uno de los mayores escándalos que deja este año.

Diferencias en el Polo

Luego de que Clara López diera su apoyo, en nombre de la paz, a Juan Manuel Santos en la segunda vuelta y que apareciera en varios comerciales y manifestaciones públicas apoyando la reelección del mandatario, el Polo Democrático quedó dividido entre quienes apoyaron tal decisión y quienes lo consideraron un acto incoherente. Este último grupo de seguidores del partido de izquierda fue liderado por el senador Jorge Enrique Robledo, quien además fue acusado por la excandidata presidencial de 'persecución' y 'matoneo' en su contra, principalmente en las redes sociales. El congresista reclamó a López por su 'apoyo decidido a la reelección' y señaló que esto no era bien visto por las bases del partido. En medio de esta pelea, en el pasado mes de octubre López también aseguró que Robledo la 'retó a pelear' a través de una carta dirigida al Comité Ejecutivo de la colectividad.

Peleas de familia

La reciente marcha por una 'paz sin impunidad' apoyada por el Centro Democrático fue objeto de una lluvia de voces a favor y en contra, sobre todo, en las redes sociales. De esas discusiones virtuales la que más llamó la atención se dio entre Martín Santos, hijo del presidente, y su tío el exvicepresidente Francisco Santos. Luego de que ‘Pacho’ publicara en su cuenta de Twitter la foto de una marcha distinta para hablar del éxito de la movilización, su sobrino le escribió diciendo que no se ridiculizara con imágenes de una marcha por la paz promovida por el presidente Santos en el 2013. ‘Pacho’ respondió quitando la foto, mientras el senador Uribe hizo lo propio exigiendo respeto y bloqueando a Martín Santos. En la contienda entró Tomás Uribe, hijo del exmandatario, al acusar a los Santos de estafa y de haberse robado las elecciones de este año.

Enfrentamiento que no cesa

La lucha jurídica del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, por mantenerse en el cargo y defender la voluntad de sus electores, ha sido constante. En este propósito, Petro continúo en 2014 su enfrentamiento con el procurador general, Alejandro Ordóñez, quien inicialmente decretó la inhabilidad del mandatario de la capital por 15 años. Sin embargo no ha sido su único conflicto en este año. El alcalde también peleó con el presidente Santos luego de que este desacatara las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, los dos mandatarios parecieron limar asperezas cuando, por una tutela que lo ordenó, el presidente tuvo que restituir en su cargo a Petro. Otra de sus peleas fue con el exvicepresidente Francisco Santos, quien siempre ha dicho de Petro que es un inepto. Recientemente lo calificó de corrupto.

Álvaro Uribe contra todos

A diferencia de la mayoría de expresidentes, Álvaro Uribe parece no tener fecha para su retiro de la política, a pesar de haber dejado la Casa de Nariño hace cuatro años. En 2014, Uribe tomó las riendas del Centro Democrático, partido que se presentó por primera vez a unas elecciones legislativas consiguiendo 20 escaños y presentó un candidato presidencial propio que pasó a segunda vuelta. El exmandatario, además, regresó al Congreso de la República ocupando una curul como senador. Sin embargo, tanto en el ámbito electoral como legislativo enfrentó al menos cuatro peleas. La primera de ellas, viene desde 2010 y es justamente con el presidente Juan Manuel Santos, a quien acusa de haberlo 'traicionado' y de descuidar 'los tres huevitos' de su Gobierno: seguridad, confianza inversionista y cohesión social. Santos y Uribe se han enfrentado en más de una ocasión en este año, principalmente a través de redes sociales y mensajes indirectos, por las cifras del Gobierno y, principalmente, por el manejo del Gobierno al proceso de paz con las Farc. En elecciones, Uribe además acusó a Santos de 'despilfarrador', ante lo cual el mandatario le pidió a su antecesor que 'no le hiciera más daño al país'. Otro de los episodios más polémicos de la política en Colombia en este año fue el debate sobre el paramilitarismo propuesto por el senador del Polo Iván Cepeda. Dicho debate, de más de 12 horas, se convirtió en un cruce de acusaciones entre Cepeda y Uribe, por supuestas relaciones con las Farc y el paramilitarismo respectivamente, pero también entre el Centro Democrático y la Unidad Nacional. Al final, estas acusaciones se convirtieron en denuncias formales ante las autoridades judiciales y el debate derivó en una demanda de pérdida de investidura contra Cepeda, quien tenía prohibido nombrar a Uribe en la discusión, y que fue aceptada hace pocos días por el Consejo de Estado. Sin embargo, este no fue la única pelea que dejó este episodio. Durante el debate, el líder natural del Centro Democrático también acusó al senador Jimmy Chamorro de recibir dineros del narcotráfico para su campaña y tildó al Canal Capital de ser aliado del terrorismo, y en respuesta, el periodista Hollman Morris denunció en la Corte Suprema de Justicia por injuria y calumnia al expresidente. En esta sesión del Congreso, que tuvo un alto índice de audiencia en televisión, también tuvo lugar unas fuertes declaraciones de la senadora Claudia López (Alianza Verde) quien, ante la ausencia de Uribe en repetidos momentos del debate, lo llamó 'sanguijuela de alcantarilla'. 'Huir por los pasillos del Congreso para evadir un debate es un espectáculo lamentable, que solo es comparable metafóricamente con una sanguijuela huyendo por una alcantarilla', dijo la senadora provocando de inmediato una ola de críticas del mismo Centro Democrático que a través de su bancada parlamentaria pidió 'respeto' por el expresidente.