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Hoy se cierra el ciclo 35 de los diálogos de paz que desde hace dos años adelanta el Gobierno con la guerrilla de las Farc en La Habana (Cuba).

El fin de este ciclo se da en medio de fuertes tensiones entre las partes producto del ataque de la guerrilla a una Brigada Móvil del Ejército en la vereda La Esperanza, en Cauca, que dejó a 11 militares muertos y despertó la indignación nacional.

Este acto del grupo guerrillero puso en entredicho el cese al fuego unilateral que decretó en diciembre del año pasado y derivó en que el presidente Juan Manuel Santos diera la orden de reactivar los bombardeos en contra de las Farc, que habían cesado por orden presidencial en marzo.

Este momento de tensión armada coloca como foco de atención la mesa de conversaciones instalada en La Habana y sobre todo las palabras que, por motivo del fin del ciclo 35 de los diálogos, den a la opinión pública el jefe negociador del Gobierno, Humberto De la Calle, y la delegación de las Farc.

'Llegó el momento de ponerle plazos al proceso', dijo el presidente Santos en medio de la indignación nacional por las muertes de los soldados en Cauca, pero sus palabras tienen implicaciones políticas serias y adhieren un nuevo elemento de presión para los negociadores en Cuba.

Las declaraciones de De La Calle de esta tarde serán cruciales para determinar el rumbo que seguirán los diálogos de paz y la posición del Gobierno de cara a un nuevo ciclo. 

Por su parte las Farc, en la vocería de Pastor Alape, han manifestado que su 'mayor deseo es que no se vuelva a presentar un hecho más de guerra, pero es muy complejo afirmar categóricamente que no ocurrirán nuevas situaciones como esta, debido a las órdenes emitidas por el señor presidente de sumar más muertes en las filas guerrilleras por acción de las Fuerzas Militares'.

Cabe destacar que las conversaciones aún se concentran en el punto de reparación de las víctimas y paralelamente sesiona la subcomisión técnico militar que estudia estrategias para desescalar el conflicto.

Si bien es cierto que dos acuerdos iniciales de los diálogos eran negociar en medio de la guerra e impedir que lo que ocurriera por fuera de La Habana afectara las negociaciones, los gestos de 'desescalamiento', como el cese unilateral de las Farc, y la interrupción de los bombardeos por parte del Gobierno, pusieron presiones al proceso que ahora se ven tangibles, muchas de estas serán expuestas o sanjadas después del cierre de este ciclo 35 de los diálogos.