La respuesta que le dieron en días pasados un par de niñas del Centro de Educación Básica de 7 de Abril –antigua Escuela Comunitaria– hizo llorar al candidato independiente a la Gobernación del Atlántico Juan García Estrada.
'Yo les pregunté: ¿Qué les gustaría ser cuando estén grandes? Y ellas dijeron sonrientes que querían ser médico. En ese momento me devolví a mi infancia, me vi retratado en ellas y en esa respuesta, que era la misma que yo daba a la edad de ellas. Yo también añoraba ser médico, pero no pude estudiar medicina porque no tenía cómo. A mí me tocó estudiar lo que se podía, y aunque me gusta mi carrera –y me ha ido bien–, pienso que en mi caso se perdió un gran médico', dijo durante la entrevista realizada en el Hotel El Prado.
Por eso, dice este aspirante que se inscribió con el respaldo de 350 mil firmas, le ha puesto toda el alma a trabajar por la educación. 'Soy un convencido de que la educación transforma y de que con ella se puede llegar a romper la trampa de la pobreza. Yo soy un ejemplo de ello. A mí la educación me transformó, me preparó para servir a los demás, para ser mucho más humano, y me trajo hasta este punto', dice con vehemencia este sanjacintero que vive en Barranquilla hace 35 años.
Ese convencimiento es uno de los argumentos que justifica su intención de ser gobernador del Atlántico. 'Quiero ganar la Gobernación por los pobres de este Departamento, para brindarles la oportunidad que yo tuve de transformar su vida a través de la educación'.
Su llegada a Barranquilla. Juan García nació hace 51 años en un hogar campesino, en el que él fue el menor de cinco hermanos. Delia, Joaquín, Marta y Luz Mery son los mayores. Fue criado por dos mujeres que le enseñaron a servir a los demás: su abuela, Carmen Reyes Sánchez, una matrona conservadora de armas tomar, y su mamá, Carmen Elena Estrada, hoy de 83 años, a quien el candidato se trajo a vivir a esta ciudad.
A Barranquilla solía venir de niño, a casa de su hermana Delia, quien vivía aquí con su esposo, en el barrio Carrizal. En el año 80 se vino a trabajar en una tienda en ese barrio, tras haberse graduado en el Bachillerato Agrícola de San Jacinto, Bolívar.
Al llegar a ese sector lleno de necesidades, García se encuentra con un proceso de ocupación de tierras entre Carrizal y Siete de Abril, en el antiguo sector de Realengo. 'Allí hice parte de la Junta Comunal y me encargaron de la escuela comunitaria, porque en ese momento era el único bachiller de la zona. Tenía 18 años. Estuve como director-profesor hasta el año 96. En ese periodo tuve la oportunidad de ser uno de los primeros ediles'.
Fue en esa época cuando conoció a quien es su esposa desde hace 25 años, Juanita Fontalvo, quien era maestra también en la humilde escuela del barrio. Hoy sigue siendo docente de la Normal, y cuenta con una maestría en Educación. Tienen cuatro hijos: Juan Bernardo, de 21 años, quien termina Derecho en la Universidad Libre; Juan Alberto, de 20, estudiante de Derecho de Uninorte; Carmen Inés, de 19, estudiante de Medicina en la Metropolitana, y Carlos, de 17, quien cursa décimo grado. La familia la complementa Milagro de Jesús, de 12 años, en condición de discapacidad, sobrina de Juan y quien está en proceso de adopción.
En el Movimiento Ciudadano
En el 91, participa como coordinador de la consulta entre Janeth Suárez y Bernardo Hoyos para escoger al candidato a la Alcaldía. Es entonces cuando comienza un proceso político con el periodista y docente universitario Carlos Ramos en el Movimiento Ciudadano. 'Estudiaba en ese momento Administración de Empresas en la Unad (Unisur), que tenía sede en Don Bosco. Ahí conocí a Bernardo Hoyos'.
En el año 2000, García Estrada decide lanzarse al Concejo con el Movimiento Ciudadano, y ejerce como tal entre 2001 y 2003. Al año siguiente, el alcalde Guillermo Hoenigsberg lo nombra secretario de Gestión Social.
En el 2005, con la suspensión de Hoenigsberg, el presidente Uribe lo encarga de la Alcaldía por tres meses. Regresó como secretario de Gobierno, fue secretario privado y en el 2006 nuevamente lo encargan de la Alcaldía de Barranquilla entre diciembre de 2006 a mayo de 2007, al ser suspendido de nuevo el titular.
Momento duro
Ese periodo fue tal vez, en la historia de Barranquilla, el momento más difícil para la gobernabilidad de la ciudad. 'A mí me dieron muy duro por algo que nunca entendí, aunque creo que fue más por persecución política', dice.
Y se refiere entonces al hecho de que a él le tocó renegociar el contrato de concesión con la firma Métodos y Sistemas, que recaudaba los impuestos de la ciudad de manera desventajosa para sus intereses. 'Realmente lo que hice fue un plan de mejoramiento que me exigió la Contraloría, que encontró que ese contrato tenía deficiencias y que era oneroso. Con base en esto hicimos un plan de trabajo de la mano de ellos y logramos bajar la tarifa de 12 a 7 (por ciento)'.
Nunca entendí por qué me atacaban –prosigue-. Cuando se investigó eso lo que hicieron fue felicitarme, porque logré ahorrarle a la ciudad más de $60 mil millones. 'Es que como alcalde (e) no hice nada de lo que tenga que arrepentirme. Ese periodo me sirvió para prepararme. Y yo viví mucha presión política en ese momento, la ciudad estaba revuelta y todo el mundo quería la Alcaldía y a mí me tocó pararme firme. Fue muy duro para la ciudad y para mí, pero es en las crisis, en donde más se aprende. Y Yo hice un doctorado ahí'.
'Estoy preparado'
Por todas estas vivencias, García dice que está preparado para gobernar. 'Todo será más fácil', dice, 'y voy a demostrar que se puede gobernar de manera independiente. Y el eje de la transformación en mi gobierno será la educación con calidad'.
García, quien se define como un hombre de centro –se identifica con Angelino Garzón– es un hombre de fe que asiste por igual a Iglesia Católica y a la Cristiana. Dice que cada vez que puede lee la Biblia y que aprendió a hablar con Dios durante sus días de alcalde encargado. 'Cuando no podía más me agarraba de Él'.
Le encanta el fútbol, y de hecho tiene dos equipos: los Amarillos y los Rojos. Tiene una fundación, Fayfa, en 7 de Abril, donde funciona un comedor infantil, y a la que le encanta ir en familia los domingos.
Le encanta el vallenato sabanero; escribe poesías y fábulas; ríe con facilidad a carcajadas; se defiende en la cocina –'hago patacones, arroz y pescado'– y le gusta dar serenatas en las que él toca la guacharaca. Así es Juan García, candidato independiente a la Gobernación del Atlántico.
Confrontación y roce con el poder
Para Carlos Ramos, amigo y consejero de García, las mayores fortalezas del candidato son su honestidad, su transparencia y que siempre piensa en el otro. 'Es un luchador popular que sabe cómo agenciar la solución de los problemas’, dice. Su debilidad radica, dice Ramos, en que como viene de sectores populares, tiene poca ascendencia sobre los grupos de poder social, económico y político. ‘Por eso le hace falta respaldo entre ellos. Los sectores tradicionales no se le acercan, no se atreven a negociar el poder con él.' Por su parte, el analista político Horacio Brieva, quien lo conoce desde hace muchos años, destaca la capacidad de trabajo de este candidato para hacer política. 'Juan es un animal político', asevera. Sin embargo, piensa que le hace falta más arrojo y beligerancia en el discurso. 'En este no es tan potente. Su fuerza está en el contacto con la gente', dice.