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El mes de Marzo ha resultado muy largo para Juan Manuel Santos. Desde que llegó a la Casa de Nariño en Agosto de 2010, el Presidente de la República no había padecido una racha de malos acontecimientos como la que ha tenido que afrontar en las últimas semanas. Para decirlo en términos automovilísticos: el camino por el que conduce tiene muchas señales de peligro activadas.

Las noticias que llegan de La Habana hablan de unos diálogos con las Farc empantanados, las que vienen de La Haya muestran a Nicaragua como una potencia capaz de arrebatarnos a San Andrés y Providencia, las que salen del Ministerio de Minas intimidan con un apagón, en caso de no ser capaces de ahorrar todos los días más del 5 por ciento de energía; las que emite el Ministerio de Hacienda anuncian nuevas reformas tributarias con un IVA del 19 por ciento y hasta se escuchan rumores de una posible venta de Ecopetrol.

Y como si todo lo anterior fuera poco, los reportes en las redes sociales y en algunos medios de comunicación muestran a millones de colombianos que salen a las calles a protestar por controvertidas decisiones del Gobierno, como la venta de Isagén y por el incumplimiento de compromisos adquiridos en el pasado por el Presidente con las organizaciones sindicales.

Colombia parece –como diría el expresidente Carlos Lleras– un país 'descuadernado', en el que nadie cree en nadie y donde la peor parte la llevan las instituciones, empezando por la Policía Nacional y la Fiscalía General, cuya desconfianza hacia ellas por parte de los colombianos se empieza a acercar a la que le tienen al Congreso de la República.

En lo que tiene que ver con las negociaciones del Gobierno con las Farc en La Habana -que todos pensábamos que se habían vuelto irreversibles– hoy están muy enredadas y parece que ni siquiera el viaje intempestivo de Enrique Santos Calderón –hermano del Presidente– a la isla caribeña pudo resolver el entuerto más reciente y recuperar la confianza perdida, al menos por parte de Timochenko, jefe máximo de las Farc.

En La Haya, la Corte Internacional de Justicia admitió las dos demandas de Nicaragua contra Colombia y se declaró competente para fallar sobre las mismas, lo que podría comprometer nuestra soberanía sobre aguas y tierras en el archipiélago de San Andrés y Providencia. En plata blanca ello significa que nuestra plataforma continental podría verse reducida aún más y que Nicaragua podría seguir extendiendo su territorio sobre el Caribe, hasta el punto de atentar contra la integridad territorial colombiana.

Mientras de La Habana y de La Haya nos llegan noticias desalentadoras –o pocos estimulantes–, en Colombia el fantasma del apagón ronda cada día con más fuerza y en algunas ciudades –Barranquilla, entre ellas– sus habitantes se acostumbraron a una buena dosis de racionamiento diario. 'En Barranquilla, la pregunta no es cuándo inicia el apagón, sino cuándo se irá por cuenta de @ElectricaribeSA', escribió en Twitter @cguzman67, uno de los miles de habitantes de la ciudad cuya paciencia ya llegó al límite con la situación que se está presentando. Y hay más inconformidad: @Susanadelon escribió recientemente: 'A ver respetado Alcalde @AlejandroChar usted dijo que sacaba @ElectricaribeSA el 1 de enero. Estamos a 14 de Marzo y no ha cumplido'.

El panorama que muestran las firmas encuestadoras –Cifras y Conceptos, Gallup e Ipsos - Napoleón Franco, entre otras– es el de un presidente con una imagen desfavorable cercana al 70 por ciento y con una creciente desconfianza en los diálogos de paz, por cuenta de que el acuerdo definitivo con las Farc –que se había anunciado por parte del Gobierno para este 23 de Marzo– ya no se firmará ese día. Ni siquiera el plebiscito de la paz logra despertar el entusiasmo de los colombianos sobre el futuro de las conversaciones de La Habana.

La situación es tan delicada que ningún anuncio del Presidente goza del pleno respaldo por parte de los colombianos. Todo lo que dice o hace es objeto de debate o controversia. Si afirma que el Fiscal General se escogerá por concurso de méritos, de inmediato saltan quienes cuestionan la transparencia de la decisión y sostienen que de lo que se trata es de darle tiempo al vicefiscal José Fernando Perdomo para que haga campaña en la Corte Suprema de Justicia, una vez quede a cargo de la entidad, luego del retiro de Eduardo Montealegre. ¿Qué debe hacer el Presidente Santos ante un panorama tan poco alentador?

¿Enriquito hace el trabajo de De la Calle y Jaramillo?

La que podría ser la noticia del año -o del siglo– en materia de paz –la firma del acuerdo con las Farc– se enredó a pocas semanas del anuncio oficial. El fin de la guerra contra ese grupo guerrillero quedó postergado y hoy se encuentra empantanado, por cuenta de que las Farc consideran que el Gobierno no está cumpliendo lo pactado con las llamadas Zonas de Concentración de los subversivos que se desmovilizarían. Las diferencias entre las partes no solo tienen que ver con el número de dichas zonas, que –según Timochenko– 'Santos dice que son muchas', sino con su funcionamiento, puesto que para varios jefes de las Farc se trata de 'cárceles a cielo abierto'. Ante la crisis que se desató, Santos envió a su hermano Enrique a La Habana –cuya presencia había sido solicitada previamente por Timochenko– y ello generó una gran controversia. El procurador Alejandro Ordóñez, cuestionó la carencia de responsabilidad política por parte del enviado especial. Voceros de los partidos políticos de oposición –por su parte– vieron la misión asignada a Enrique como una 'desautorización presidencial a Humberto De la Calle y a Sergio Jaramillo'. 'Si Enriquito tiene que hacer la tarea de De la Calle y Jaramillo, entonces la pregunta es: ¿Qué hacen ellos en La Habana?', me dijo un ex presidente de la República con quien hablé sobre la situación actual del país.

Recomendación: Presidente, nombre a Enrique negociador, póngale un plazo definitivo a la firma del acuerdo y no siga haciendo más concesiones en la mesa de La Habana. Si a las Farc y a la oposición les gusta bien y si no también.

La Haya y San Andrés: pleno respaldo al Jefe del Estado

'Defenderemos la soberanía hasta la muerte y hasta el último centímetro'. Esta frase de Juan Manuel Santos en San Andrés el pasado viernes –luego de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya se declarara competente para conocer y fallar dos demandas de Nicaragua sobre la extensión de su plataforma continental, que podría comprometer nuestra soberanía en el Archipiélago- muestra su gran preocupación con lo que podría suceder en el futuro con nuestro territorio insular en el Mar Caribe. De hecho, Santos anunció que Colombia no seguirá compareciendo ante ese tribunal por considerar que no es imparcial. Cuando lo que está en juego es la soberanía nacional y la integridad territorial, todas las fuerzas políticas del país deben unirse en torno a las decisiones del Jefe del Estado, figura que encarna la unidad nacional. Punto. Un fallo futuro de la CIJ podría desmembrar nuestro territorio y ello amerita toda la solidaridad con quien rige los destinos del país. El respaldo al Presidente debe ser unánime en este sentido.

Recomendación: Presidente, convoque sin mezquindades y sin ningún cálculo político a toda la Nación, a los movimientos y partidos, a los ex presidentes y a los gremios, para conformar un frente común que defienda nuestra soberanía en el Archipiélago. ¡Si la CIJ no brinda garantías, pues no comparezca ante ese tribunal para que nos corte la cabeza! Pero –por favor– cumpla las promesas que les hace a nuestros compatriotas en las islas y designe en las comisiones que integra a voceros nativos -que son los que conocen los problemas de las islas- y no a amigos suyos que sólo van a veranear al Archipiélago.

Nuevo ministro de Minas debe tener carácter y conocimiento

Cada vez que el Presidente sale en televisión anunciando cuánto hemos ahorrado los colombianos en energía y si estamos cumpliendo la meta diaria del 5 por ciento, la sensación que queda –luego de escucharlo- es que el temido apagón está más cerca. La crisis energética –que quemó al ex ministro Tomás González– tiene padeciendo a Santos y a su equipo de gobierno. Tan complicado es el asunto que ningún peso pesado del sector ha querido aceptarle el cargo de Ministro de Minas, designación que en las actuales circunstancias parecería más un castigo que un premio.

Recomendación: Presidente, nombre ya un ministro de Minas en propiedad. Olvídese de pedirle hojas de vida a los conservadores, o a los de La U, o a Cambio Radical, o a los liberales. Quítele ese chicharrón a María Lorena Gutiérrez, que tiene buena voluntad, pero no conoce el tema. Nombre un experto en el sector, que le ponga el pecho a la crisis y que hable con propiedad de asuntos energéticos. Si ningún cacao se quiere montar en ese potro, designe a un técnico que domine la materia. Y –sobre todo– que tenga pantalones para decirnos –si es necesario– que habrá apagón y que tendremos que alumbrarnos con velas. En ese cargo se requiere hoy a alguien con carácter y conocimiento. ¿Acaso es muy difícil de conseguir?

Paro Nacional, hay que cumplir los compromisos adquiridos

Aunque los medios de comunicación no dieron despliegue al Paro Nacional que se llevó a cabo en el país el pasado jueves, lo cierto es que la convocatoria de las organizaciones sindicales contó con una gran participación. 'En Cartagena la marcha fue multitudinaria, aunque pocos medios destacaron la participación', me dijo una abogada que protestó en la capital de Bolívar. Las razones del Paro Nacional fueron 15 y ellas son: desarrollo de un programa estructural con medidas de emergencia para el pueblo guajiro, cumplimiento de los acuerdos firmados entre el Gobierno y las organizaciones sindicales, alza de salarios y de subsidio de transporte, defensa del patrimonio público, especialmente de Ecopetrol y empresas públicas territoriales, evaluación y revisión de los Tratados de Libre Comercio, no privatización de Salud y Educación, fortalecimiento del Sena, promoción de trabajo digno, reducción de precios del combustible y congelamiento de peajes, defensa de la tierra y los territorios para la producción agropecuaria de los campesinos, garantías plenas de los Derechos Humanos, fortalecimiento del régimen de prima media (Colpensiones), disminución de las tasas de interés, lucha contra la corrupción y la reforma tributaria no puede ser regresiva.

Recomendación: Presidente, si un candidato a la Presidencia de Colombia en 2018, ofrece por lo menos 12 de los 15 puntos que originaron el Paro Nacional, gana sobrado. Escuche a los trabajadores –y dígale a Lucho Garzón, su ministro de Trabajo y ex líder sindical- que también lo haga. Y –sobre todo- cumpla los compromisos que adquiere con ellos.