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Las tensas relaciones que el liberalismo y el Gobierno han mantenido desde el ‘revolcón ministerial’ han tenido en vilo el presente y futuro de la coalición de partidos que el presidente Juan Manuel Santos logró configurar para garantizar las mayorías necesarias en el Congreso para aprobar su agenda legislativa y asegurar su gobernabilidad.

Después de que el Partido Liberal, en boca de su codirector Horacio Serpa, anunciaran que 'la Unidad Nacional hace agua' y que 'ya no nos interesa estar en la Unidad Nacional', un desayuno en el Palacio de Nariño, convocado este martes por Santos, le bastó al presidente para conjurar la crisis y calmar la ‘marea roja’ que amenazaba con llevarse por delante la coalición y de paso al vicepresidente, Germán Vargas Lleras, al cual Serpa le pidió renunciar en más de una ocasión para que se dedicara a ser candidato presidencial.

'Es que no nos hemos salido (de la Unidad Nacional), ha habido es una cantidad de tergiversaciones, me atrevo a decir que no de buena fe, para tratar de desorientar a la opinión pública', dijo el congresista Serpa al término de la reunión.

Con candidato propio. Sin embargo, reiteró que la actual coalición de Gobierno ya había cumplido su ciclo y que ahora lo que debe haber es una 'gran coalición para la paz'.

 'No cambio ni una sola de las palabras que he mencionado. Es que la Unidad Nacional es una coalición de partidos que se organizó para respaldar la candidatura del presidente Santos, eso ya pasó; ahora los partidos tienen destinos distintos, cada uno tendrá su candidatura presidencial', afirmó el senador.

Según Serpa, la posición de su partido siempre ha sido de claro respaldo al Gobierno y en especial a la paz, y dijo que la versión de que los rojos salían de la coalición fue producto de una mala interpretación de sus palabras.

A la reunión en palacio asistieron los máximos líderes del liberalismo, el expresidente César Gaviria, el presidente del Congreso Luis Fernando Velasco, el ministro del interior Juan Fernando Cristo, el también copresidente Fabio Amín, y varios senadores.

El conato de rebeldía de los liberales causó fuertes choques dentro de la llamada Unidad Nacional, hasta el punto de poner en duda los acuerdos frente a las presidencias de Senado y Cámara que para Cambio Radical no tendrían efecto sin los rojos en la coalición. Rodrigo Lara, presidente del partido vargasllerista, llegó a llamar 'pataleta burocrática' los reclamos del liberalismo. Y el senador de La U, José David Name, acusó a los rojos de 'doble moral' por apartarse de la coalición, pero mantener sus ministerios.

A pesar de estas tensiones, Santos parece haber logrado zanjar la crisis, primero con la reunión que sostuvo el viernes con el partido de La U y la de ayer con los liberales.