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De camisa blanco paz, sin distingo de partido político, Sergio Fajardo anunció su decisión de hacer campaña a favor del ‘sí’ a la paz. Junto a este propósito, el cual sustenta en los pilares de 'la reconciliación, la lucha contra la corrupción y la educación', está una propuesta de país que lo tiene desde ya en la carrera por la Presidencia en 2018.

¿Por qué Sergio Fajardo dice que hay que votar ‘sí’ en el plebiscito por la paz?

Son muchas razones, pero la más importante es que nos permite quitarle una tajada importante a un problema con el cual ha vivido la sociedad colombiana y empezar a escribir una página diferente. Dicho de otra manera, vamos a pasar esa página de la violencia y la destrucción y empezar a escribir la página de las oportunidades. Yo miro a todo esto como una oportunidad extraordinaria.

¿Cómo propone llevar a cabo esto?

La propuesta que nosotros hacemos tiene tres capítulos básico: 1. La reconciliación. 2. Y esto es muy importante repetirlo: No tiene sentido este esfuerzo que estamos haciendo si no cambiamos la política, y eso se expresa en una lucha frontal contra la corrupción. 3. Apostarle a la capacidad de nuestra gente, que se expresa con la educación, la ciencia, la tecnología, la innovación, el emprendimiento y la cultura. Reconciliación, lucha contra la corrupción y educación, son los tres pilares sobre los cuales nosotros queremos construir la paz sobre el territorio colombiano.

¿Cómo romper la polarización entre Santos y Uribe que tiene cooptada las campañas por el ‘sí’ y el ‘no’?

Como lo estamos haciendo nosotros. Yo nunca estoy hablando del uno o del otro, en su momento yo dije: 'Ni uribista, ni antiuribista', pero ese no es el problema que estamos resolviendo. Nosotros tenemos una posición, creemos profundamente en la construcción de la paz, eso nos lleva a decir de manera contundente y sin duda alguna que vamos por el plebiscito y vamos a participar y decir ‘sí’. No pertenecemos a ninguno de esos grupos políticos, tenemos un camino alternativo que entiende la sociedad desde una perspectiva distinta. Sabemos que tenemos que romper con esa estructura política tradicional porque es que este acuerdo de Paz no puede significar que ahora haya más recursos para que se conviertan en más y mejores negocios, más puestos y más contratos para que aquellos que manejan la política sigan enriqueciendo sus bolsillos. Lo pongo en este sentido: la violencia y la corrupción se han quedado con las oportunidades de la gente. La violencia que es la expresión física de la destrucción y la corrupción es la expresión silenciosa de la destrucción, porque se están quedando, en el bolsillo de los corruptos, las oportunidades de las personas.

¿Este recorrido por Colombia es la antesala de su carrera a la Presidencia en 2018?

Estamos construyendo una propuesta política y todo lo que estamos manifestando tiene que ver con un hecho político fundamental. Estamos firmando un acuerdo de paz y quienes estamos en la política no podemos ser indiferentes a un acuerdo de paz que este domingo 2 de octubre invita a que la población participe y diga ‘sí’ o ‘no’. Nosotros estamos participando y tenemos una propuesta para construir la paz en el territorio colombiano, yo estoy liderando esa propuesta, probablemente, con una gran probabilidad, eso termina en una candidatura presidencial, en este momento estamos en ese camino.

¿Cómo ve la opción de Fajardo frente a otras tempranas candidaturas que ya se barajan, como la del vicepresidente Germán Vargas Lleras o del mismo Humberto De La Calle?

Nosotros hemos sido, somos y seremos una propuesta alternativa e independiente dentro del mundo de la política. No hacemos parte de la estructura política tradicional, nuestra forma de relacionarnos con la ciudadanía es una forma diferente y ese camino es el que nosotros hemos tenido y vamos a tener siempre. Otras personas que participen o no por supuesto que están bienvenidas pero ese no es el problema nuestro, nosotros nos concentramos en lo nuestro. De la destrucción a la construcción se pasa por la reconciliación, la lucha contra la corrupción, y la apuesta con por la educación.

¿Cuál es el principal acierto y desacierto del proceso de paz?

Yo creo que hay una negociación bien hecha, con un equipo negociador serio, yo no tengo ningún problema en reconocer la respetabilidad de Humberto De La Calle y el equipo que él ha construido con Sergio Jaramillo y de las personas que han participado. Ese ha sido un acierto. Desacierto: Creo que se cometió un error fundamental desde el mismo comienzo, negar la pedagogía y estar explicando lo que estaba ocurriendo. No se hizo entonces, ahora al final, de manera apresurada, hay que tratar de explicar las cosas y se suscitan una cantidad de polémicas que si se hubieran enfocado de una manera diferente a un nivel pedagógico, estoy seguro que hubieran sido innecesarias.

¿Qué decir del ruido que hay sobre el acuerdo y la desinformación a causa de esa falta de pedagogía?

Sí, eso es natural. De todas formas hay una cantidad de emociones encontradas en todo esto, pasar esta página es amargo. Fíjense ustedes como es la vida, nosotros llevamos desde el Gobierno de Belisario Betancourt hasta el día de hoy viviendo en función de las Farc de una manera u otra. Con las negociaciones, con los procesos fallidos, han sido actores permanentes en nuestra vida y por supuesto eso va cargando a las sociedades de sentimientos negativos porque están asociados con la destrucción y la confrontación. Entonces, eso se transforma en diferentes actitudes pero detrás de todo esto uno podría decir que hay una palabra que está en todos, que es el miedo. El miedo se convierte en rabia en algunos, en desconfianza en la gran mayoría, en deseos de venganza en otros, pero también se puede transformar, si somos capaces de explicarlo y darle otra dimensión a todo esto, en la oportunidad de perdonar y no olvidar para avanzar. Si hay alguien en contra, escúchelo, no lo convierta en su enemigo porque no está pensando igual. Escuche a los que tiene alguna observación para hacer y trate de dar unos mejores argumentos. Yo creo profundamente que este acuerdo de paz, y lo veo como un paquete, es la oportunidad perfecta para pasar una página de la destrucción.

¿Qué opina de las críticas del vicepresidente al Tribunal Especial de Paz?

Yo creo que ese tipo de discusiones son discusiones que no llevan a ningún lugar. Este es un diseño razonable para una circunstancia muy difícil y por supuesto todo se va a definir en la forma cómo implementemos todo ese tipo de acuerdos y la responsabilidad política que se va a tener para conducir el país recibiendo un país que está en una polarización grande para tener la sabiduría para invitarnos a reconciliarnos, trabajar juntos, y mirar cómo se van a desarrollar todos esos acuerdos. Los acuerdos serán tan buenos como la forma en que los desarrollemos, ese es el reto y es un reto político. Va a haber discusiones, pero cómo se conducen es lo que va a marcar diferencia. Yo creo que son buenos acuerdos que bien conducidos nos llevan a mejorar sensiblemente en Colombia.

¿Cree que el precio que se está pagando por la paz es suficiente y razonable?

Creo que el acuerdo es un acuerdo razonable y lo que significa ese acuerdo es poco con lo que nosotros somos capaces de hacer si nos dan la oportunidad. Ahora, la podemos desperdiciar, y podemos convertir el país en una mayor polémica y pasarlo a una confrontación, pero es sí sería una vergüenza de nosotros como sociedad. Repito, yo creo que el acuerdo es razonable y que los costos que tiene, porque todo esto es precisamente una negociación, son pequeños comparado con las oportunidades que surgen para nosotros en Colombia si firmamos la paz y avanzamos.

¿Cómo cree que se deba abordar el problema de la financiación del posconflicto?

Yo he gobernado como alcalde y como gobernador y el problema es quela discusión se pone todo en un terreno que no corresponde porque dicen: esto vale tantos billones. Y es como si se tuviera que tener la plata en este momento para hacer todo eso, que por supuesto no se tiene y el país en estos momentos tiene unas dificultades económicas y vamos a ver, ese es un capítulo que está por verse pronto, qué pasa con la reforma tributaria que va a presentar el Gobierno. El reto político de todo esto es: ¿Cómo vamos a diseñar la implementación de algunos de esos puntos que están en el acuerdo? Paso uno, paso dos, paso tres. ¿Cómo empezamos y cómo vamos construyendo? Esa es la tarea. Entonces, no se necesita todo al comienzo sino cómo se va haciendo paso por paso y eso requiere un diseño institucional, saber qué recurso se tiene y cómo van a participar las comunidades. Esto no puede convertirse en una oportunidad para aumentar recursos para que se los lleven los políticos.

Si pasamos la página de la violencia, ¿cuál es el principal problema que debe enfrentar Colombia?

Son varios problemas que están íntimamente ligados, pero yo no tengo la menor duda que es la lucha contra la corrupción. Es que la violencia nos ha quitado una cantidad de recursos por lo que significa para la sociedad en términos económicos y sociales un país que ha vivido permanentemente y por décadas con la violencia como actor permanente en sus vidas. Y la corrupción, escudada en esa violencia, ha sido el robo silencioso de los recursos y oportunidades de las más humildes. Entre violentos y corruptos se han quedado con las oportunidades de nuestras oportunidades. Si pasamos la página de la violencia, tenemos que pasar la página de la corrupción, eso significa cambiar la política y hacerla de otra manera, con la misma política no va a haber transformación de nuestro país.

¿La implementación del punto dos, que plantea una apertura al sistema político, podría contribuir a ese cambio del que habla?

Un pedacito, pero cambiar la política es la lucha contra el clientelismo, porque el clientelismo es la puerta de entrada de la corrupción. Voto pagado es robo asegurado en algún lugar. ¿Somos capaces de vivir en una sociedad donde no se le pague un peso a una sola persona por un voto? Donde en Colombia nadie tiene precio. Porque de la forma en que se llega al poder, así se gobierna y los que pagan para llegar en algún momento alguien va a robar. Así de sencillo y es el clientelismo, es la forma de asignar los recursos y entregarlos a unas personas para que compren unos votos para llegar al poder y después cuando están en el poder se les va a retribuir a sus negocios esa plata que se paga por los votos que se pagaron en unas elecciones y que son las oportunidades de la gente.

¿Es posible gobernar por fuera de ese clientelismo que se ha hecho parte del sistema político?

La expresión fatal de la corrupción cuando se apodera culturalmente de las comunidades, es convertirse en una frase que dice: 'Qué roben pero que hagan obras'. Esa es la expresión máxima de la corrupción, cuando la gente acepta que en el poder se queden con una parte de los recursos públicos con tal de que hagan algo. Eso es fatal, ahí es donde estamos vencidos. ¿Cómo se cambia eso? Es muy sencillo, con la política. A quiénes escogemos para gobernar y de qué manera nosotros como sociedad somos capaces de vigilar que cada peso llega a donde tiene que llegar, donde nadie tenga precio, y por eso reitero: De la forma en que llegan al poder así gobiernan, si pagan para llegar, llegan a robar. El reto es político.

¿Lo vamos a ver haciendo campaña con la Alianza Verde, con la senadora Claudia López, por ejemplo, quien ya dijo que no aspiraría de nuevo al senado?.

En el Partido Verde yo tengo una gran cantidad de personas amigas, recuerden que el gran impulso del Partido Verde surgió de la ola verde y ahí hay personas que son amigas nuestras desde el origen y tenemos que ir avanzando y nos tenemos que encontrar. Claudia López es mi amiga, Antonio Navarro es mi amigo y tenemos afinidades, por el momento nosotros estamos contrayendo esta propuesta, pero estoy seguro de que nos tendremos que juntar para poder trabajar para lo que sigue.

¿Por qué Barranquilla y el Atlántico debería decirle ‘sí’ a la paz?

El Atlántico dentro de todo este contexto de la violencia ha tenido una situación especial, por fortuna el Atlántico no ha vivido el rigor de lo que ha sido la violencia en Colombia, por fortuna para el Atlántico y por fortuna para Barranquilla. No es sino mirar a los lados todo lo que significó la destrucción.

Apostarle a la paz es darnos una oportunidad para pasar la página de la destrucción y la violencia y empezar a escribir la página de las oportunidades, para eso se necesita reconciliarnos, luchar contra la corrupción y aportarle a la educación, que es otra forma de decir aportarle a las capacidades de la gente. Entonces, yo les invito a que pasemos esa página, a que desde el Atlántico se participe en esa construcción para todo Colombia y eso significa participar y votar ‘sí’ en el plebiscito. Si alguien vota por el ‘no’, tiene todo el derecho de hacerlo, pero el 3 de octubre ya tenemos que estar pensando cómo vamos a trabajar juntos para romper con esa polarización, porque con ella, si se mantiene, lo que puede ocurrir es que eventualmente aparece lo que ha aparecido tantas veces en la historia de Colombia, y es que la polarización se convierte en violencia. Nosotros no podemos darnos el lujo de volver a repetir etapas de violencia. Voten por el ‘sí’, porque lo que podemos construir es extraordinario comparado con el costo que tiene pasar la página.