¿Cuáles son las posiciones de las partes después de ganar el No?
El primero en pronunciarse fue le presidente Juan Manuel Santos, quien llamó a 'todas las fuerzas políticas' a un gran 'pacto nacional' para avanzar a la consecución de la paz, además mantuvo el cese al fuego bilateral. Las Farc reafirmaron su voluntad de paz y de mantener el cese al fuego pero reiteraron que lo pactado en el Acuerdo Final es inmodificable. El uribismo por su parte expresó su voluntad de ser parte del 'pacto nacional' y le garantizaron a las Farc 'protección' para continuar negociando. En el Congreso Uribe propuso una ley de amnistía para los guerrilleros rasos y una ley de 'alivio judicial' para los militares.
¿Por qué Uribe es ahora la tercera parte de la negociación?
El expresidente Álvaro Uribe se convirtió en la tercera parte de la negociación por ser el líder de la oposición al Gobierno Santos. Y, en ese sentido, representa al 50,21% de los que no están de acuerdo con el contenido de los acuerdos. Su legitimidad se deriva de los 6.431.376 votos obtenidos por el No. Considero que dado el resultado, lo democrático es permitir que quien lideró el No se incluya como otro actor legítimo para la renegociación de los acuerdos.
Carlos Guzmán, doctor en Ciencia Política y docente Uninorte
¿Cuales fueron las otras fuerzas que impulsaron el No?
De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral a nivel nacional se inscribieron 16 comités promotores del No, entre los que destacan figuras de la academia como Jaime Castro y miembros de sectores religiosos como el representante legal de Marido y Mujer, Javier Suárez Pascagaza. Además, las figuras del expresidente Andrés Pastrana y la excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez también fueron reconocibles por llevar la vocería del No dentro del Partido Conservador. Otro actor político importante fue el exprocurador general, Alejandro Ordóñez, quien se sumó una vez fue separado de su cargo por el Consejo De Estado.
¿Podría Santos implementar el Acuerdo Final tal cual está?
Eso lo podía haber hecho si lo hubiera previsto anteriormente. El sometió esos acuerdos a un Acto Legislativo 01 de 2016 y ahí dijo que esos acuerdos serían acuerdos especiales de conformidad con los protocolos de Ginebra, que haría parte del bloque de constitucionalidad, pero ese mismo Acto Legislativo en su artículo quinto dijo que no entraba en vigor nada de ello hasta que se diera una refrendación popular e incluso se señaló que sería un plebiscito. Esa fue una condición que tanto gobierno como guerrilla se impusieron y ahora ni política ni jurídicamente pueden entrar a desconocerlo. No se podría llevar ningún proyecto de Ley en este momento porque quedaron supeditados a que ese Acto Legislativo entrara en vigor y no lo está porque la respuesta al plebiscito fue No.
Jaime Arrubla, exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia
¿Santos podría retocar el Acuerdo y aprobarlos sin otro plebiscito?
De acuerdo a la sentencia de la Corte Constitucional la decisión de los colombianos vincula de manera exclusiva al presidente, por esta razón Santos no podría presentar al Congreso este acuerdo para efectos de implementación. Eso no impide que si el acuerdo es modificado sí pueda hacerlo sin recurrir a la aprobación del pueblo. Esta situación es posible porque el presidente como máxima autoridad administrativamente entre sus funciones constitucionales la de mantener el orden público. Esta función lo faculta para la subscripción de acuerdos de paz.
Viridiana Molinares, constitucionalista y docente Uninorte
¿Es inmodificable el acuerdo a la luz del derecho internacional?
Ese acuerdo como tal murió el domingo. Ahora se va a hablar de la expectativa de un nuevo acuerdo. Las partes podrían ponerse de acuerdo sobre la base de lo firmado, pero en la práctica eso sería un nuevo pacto. El Acuerdo Final suscrito en La Habana sí tiene validez jurídica, como lo señaló ‘Timochenko’, pero en el sentido de que respetó todos los protocolos y estándares del derecho internacional y lo consignado en los convenios de Ginebra. Pero, la implementación partía de la premisa de la refrendación, que fue una de las reglas del juego establecidas, por lo tanto políticamente es inviable. Cabe recordar que para llegar a este acuerdo se tomó dos años en fase acercamiento y cuatro de negociación.
Javier Tous, experto en Derecho Internacional
¿Qué tan cerca estamos de una Asamblea Nacional Constituyente?
Sería el instrumento más adecuado para refrendar lo que se termine acordando con las Farc y para hacer otras grandes reformas institucionales como la de la justicia o el régimen territorial. Pero la convocatoria de una constituyente es dispendiosa porque requiere primero de una ley de dos votaciones, para aprobar la ley y elegir los constituyentes. Entonces, como el Gobierno Santos ya está prácticamente terminado, dirá que no tiene tiempo de cumplir ese proceso relativamente complejo. Pienso que la Constituyente va ser tema de la venidera campaña presidencial, ellos van a mover el tema en uno u otro sentido entonces creo que sería más bien gestión de los comienzos del nuevo Gobierno.
Jaime Castro, abogado constitucionalista
¿Qué responsabilidad política tienen los partidos del Sí?
Si tuviésemos que evaluar la responsabilidad política de los partidos políticos promotores del Si, su evaluación sería negativa, y deberían asumir toda la responsabilidad de los resultados obtenidos el pasado domingo, por cuanto estos tenían la responsabilidad de sacar adelante, la política más importante de este gobierno. No obstante, esto no significa, que no estén legitimados para seguir buscando en el campo de lo político, la mejor salida para finalizar con éxito, el proceso de negociación con las Farc.
Ángel Tuirán Sarmiento, master en Derecho Administrativo y docente Uninorte
¿Cuál será el papel del Congreso en el 'pacto nacional' del ‘post-no’?
Será gigante, porque la manera de desempantanar el proceso de paz es con un gran acuerdo nacional y eso solo puede concretarse con normas expedidas por el Congreso. Pero, al no ganar el Sí, ya no se puede implementar el mecanismo ‘fast track’. Entonces el Congreso retoma absolutamente todas las facultades para que a través de un acuerdo político este pueda ser implementado en la medida de que se logre hacer dicho acuerdo político.
Luis Fernando Velasco, senador liberal
¿Cuáles serían ser los tiempos jurídicos y políticos de la renegociación?
En sentido estricto, los tiempos los marca el inicio de la campaña presidencial y eso sucedería en el segundo semestre del próximo año. Lo que debe tenerse en cuenta es que el Centro Democrático no va a impulsar este proceso –porque es de Santos–, van a esperar hasta el 2018, ya que en este momento tienen ventaja en la carrera presidencial y le van a apuntar a ser ellos quienes finalicen el conflicto –por vía negociada– y en este sentido, Las Farc harán todo lo posible por mantener el cese al fuego, ya que durante la fase final de la negociación, lograron acumular un importante capital político que no van a desperdiciar volviendo a la guerra, pero en caso de retorno a la actividad armada, lo harán de forma pasiva-defensiva, esperando el desenlace de las elecciones presidenciales de 2018, con el fin de retomar o iniciar una nueva negociación, teniendo como base lo ya acordado.
Luis Fernando Trejos, doctor en Estudios Americanos