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Este miércoles se llevó a cabo en La Habana una reunión entre varias organizaciones representantes de la población LGBTI y las Farc para discutir sobre el polémico 'enfoque de género' planteado en los acuerdos de paz el cual generó un amplio rechazo por parte de las comunidades cristianas y religiosas y constituyó una de las razones de la victoria del No en el plebiscito del 2 de octubre.

Días antes, el 23 y 24 de octubre, las Farc también se reunieron con los cristianos liderados por la senadora Viviane Morales y su esposo Carlos Alonso Lucio. En ambas reuniones se emitieron comunicados conjuntos que recogían las propuestas de ambos sectores frente al enfoque de género y cómo debía mantenerse o modificarse en el texto del nuevo acuerdo que surja de la renegociación con el Gobierno.

Los cristianos parten fundamentalmente de dos aspectos: que bajo el 'enfoque de género' no se abran interpretaciones frente al concepto de familia planteado por la Constitución en el artículo 42 y que se le reconozca su condición de víctimas del conflicto por motivo de su credo religioso a los pastores y comunidades cristianas.

Reconocieron que el enfoque de género se basa en la protección de los derechos de la mujer y exigen el reconocimiento de la iglesia cristiana entre los actores de la construcción de la paz.

Los LGBTI por su parte plantean que en el texto definitivo del acuerdo 'no ha abarcado ni deberá abarcar discusiones que no estén vinculadas al origen y desarrollo del conflicto armado', refiriéndose a la definición de familia, matrimonio o adopción por parte de parejas del mismo sexo o los derechos de las personas LGBTI.

Este es principal punto de encuentro entre los dos comunicados, dejar la definición de la familia por fuera de las discusiones en La Habana; sin embargo, los LGBTI van más allá y piden la protección integral de sus derechos, no ser excluidos del enfoque transversal de género y un reconocimiento de la afectación 'desproporcionada' de la que han sido víctimas en el marco del conflicto.

Al final ambas partes quedaron satisfechas, dejando el debate abierto para ser abordado por la mesa de diálogos de La Habana y continuar en otros escenarios políticos y sociales en el país.