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Durante la posesión del general (r) Óscar Naranjo como nuevo vicepresidente de la República, el presidente Juan Manuel Santos mencionó las tareas que asumirá al frente de la alta designación: la implementación del acuerdo de paz con las Farc, la protección de los exguerilleros y líderes sociales, la seguridad ciudadana y la lucha contra el narcotráfico.

Al respecto, Santos indicó que 'así como el exvicepresidente Vargas Lleras, por mi instrucción, fue un eficiente coordinador de las grandes obras de infraestructura y de vivienda que adelanta nuestro gobierno, el ahora vicepresidente Naranjo cumplirá unas funciones de gran calado que he decidido atribuirle'.

En esto, anunció que la primera labor será 'coordinar y empujar la implementación del Acuerdo de Terminación del Conflicto con las FARC logrado por él y los demás negociadores'.

Segundo, anotó el jefe de Estado, 'coordinar el trabajo para garantizar la protección de los exguerrilleros que se reincorporan a la sociedad y, en general, de los defensores de derechos humanos y líderes sociales'.

Tercero, agregó, 'coordinar el tema de la seguridad, y en especial la seguridad ciudadana, para profundizar los buenos resultados y terminar con los focos de delito en los centros urbanos'.

Y la última, señaló el primer mandatario, 'impulsar la aplicación de una política antinarcóticos más eficiente, que ataque los principales eslabones de la cadena del narcotráfico y que reduzca drásticamente los cultivos ilícitos en nuestro suelo'.

Frente al asunto del narcotráfico, se extendió Santos al admitir que le causa preocupación: 'nos preocupa sobremanera el aumento de hectáreas cultivadas de coca, y tenemos que reconocer que Colombia no ha dejado de ser, desde hace décadas, el primer exportador de cocaína del mundo'.

No obstante, aseguró que 'también tenemos que entender que ahora, gracias al acuerdo de paz con las FARC, tenemos una oportunidad de oro para reversar esa situación. ¿Por qué? Porque podremos llegar a donde no llegábamos y dar una verdadera alternativa a los campesinos cocaleros, una solución estructural a las comunidades'.

Anunció en este sentido que están en marcha un plan concreto y medible, con zanahoria y garrote, 'que nos permitirá erradicar este año al menos 100 mil hectáreas de coca: 50 mil por erradicación forzada y 50 mil por erradicación voluntaria en desarrollo de los acuerdos de paz. Y la coordinación de este plan estará a cargo del nuevo vicepresidente'.

Al respecto, añadió que 'acá estuvieron el secretario de Estado Adjunto para Narcóticos y Seguridad de los Estados Unidos, William Brownfield, y una importante delegación de senadores de ese país, y entendieron las bondades de estas iniciativas, en el momento histórico que vive Colombia', y agregó sobre el particular que 'el secretario Brownfield, que conoce tanto el tema y a nuestro país, al enterarse de que el general Naranjo, estaría coordinando estas acciones, me dijo que no concebía a nadie mejor, a nadie más idóneo, para esta tarea'.

Por su parte, Naranjo, en su discurso lleno de agradecimientos y elogios a Santos, habló de la reconciliación y de superar la polarización que hay en el país: 'el fortalecimiento de la democracia colombiana requiere impulsar procesos de inclusión y tolerancia, hoy condición imperativa para lograr la reconciliación entre todos los colombianos', y añadió que 'superar la polarización es el camino para abrir espacios a la participación ciudadana y evitar que el radicalismo rabioso erosione la institucionalidad'.

En ese orden de ideas advirtió que la oposición política es una condición de la democracia pero criticó el hecho de que se haga con mentiras: 'tener un Estado más competente, supone reconocer que el ejercicio de la oposición política es condición necesaria, siempre que el centro del debate y la controversia, identifique la verdad como el punto de partida de las diferencias (...). Pero no podemos permitir que la verdad aparezca arrinconada por la mentira en el debate público'.

Reiteró que, en su parecer, el proceso de paz ha traído bondades a la fuerza pública del país: 'ha sido también un proceso transparente a sus Fuerzas Militares y de Policía. Miembros activos y retirados de las Fuerzas han contribuido a la consolidación del acuerdo'.

Finalmente, evocó 'la memoria de héroes anónimos, de políticos, jueces, periodistas, defensores de DDHH, líderes sociales y de miles de víctimas, y en especial, de los soldados de tierra, mar y aire y de policías que entregaron su vida en defensa de los más altos intereses de la patria'.

Y concluyó, en sintonía con el propósito de paz del Ejecutivo, que 'todos los colombianos tenemos la obligación de trabajar hasta el límite de nuestras capacidades para que la paz sea irreversible'.