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El presidente Juan Manuel Santos aseguró ayer durante la clausura de la Cumbre de Capitales, realizada en Valledupar, que se está discutiendo con las Farc el futuro del día D+180 que vence el próximo 29 de mayo.

'Continúan los diálogos entre el Gobierno y las Farc para acelerar la implementación de los acuerdos y definir el tema del desarme de la guerrilla de cara al plazo del denominado D+180', señaló el mandatario.

Y así mismo indicó: 'A lo que aspiramos es a que las Farc se desarmen a la mayor brevedad posible'.

La prórroga

Estas declaraciones del presidente se suman a las que ya habían manifestado miembros del Gobierno y de las Farc sobre la necesidad de que la fecha de entrega de las armas se prorrogara.

Por una lado, el ministro consejero para el posconflicto, Rafael Pardo, reconoció en su momento que el desarme de la guerrilla no se cumpliría antes de la fecha establecida.

'Nosotros estaremos en algunas reuniones con los jefes de las Farc en busca de concretar un cronograma claro con el que podamos avanzar y culminar, cuanto antes esta entrega que, sin lugar a dudas, es muy importante para un buen desarrollo del posconflicto', dijo Pardo.

Por su parte, Jesús Santrich, miembro del equipo negociador de las Farc, indicó ayer que ese grupo requiere de una ampliación en el plazo para concluir el proceso de abandono de las armas.

'He hablado de que por lo menos necesitamos dos meses para terminar el proceso de dejación (...). Este tema está siendo tocado en este momento por una comisión de la guerrilla y del Gobierno, (así que) no puedo adelantar conclusiones hasta que termine la reunión', aseguró, Santrich en una rueda de prensa en Bogotá.

Las razones

Tanto gobierno como guerrilla han expresado sus respectivos argumentos para justificar la medida de ampliar el tiempo de la entrega del armamento.

Por un lado, las Farc han dicho que el Ejecutivo no ha cumplido con las 'condiciones básicas en materia de seguridad, protección individual y social, así como los mínimos para que los combatientes puedan comenzar un proceso de reincorporación', según indicó Jesús Santrich.

El Gobierno, por su parte, ha manifestado que una de las razones por las que no se han podido recoger la totalidad de las armas en los tiempos establecidos, ha sido lentitud con la que las Farc han entregado la información relacionada con la cantidad del armamento en su poder.

De igual forma, el Gobierno reconoció que problemas logísticos han dificultado el proceso de entrega de armas, sobretodo lo que tiene que ver con las caletas que faltan por ser desmanteladas.

Habla la ONU

Entre tanto, Jean Arnault, jefe de la Misión de la ONU en Colombia, aseguró hace un par de meses que el plazo para que finalizará el proceso de desarme del grupo guerrillero era algo que podría tomar un poco más de tiempo del que se había previsto en el acuerdo.

Sin embargo, también recalcó que lo importante era la voluntad de las partes en acabar con el proceso en un corto tiempo.

'Si se corrió esto una semana nadie se va a sorprender, ni se va a molestar mayormente. El plan sigue siendo que se cumpla el compromiso como se anunció', indicó Arnault en su momento.

Los rechazos

Algunas opiniones que se han suscitado en el panorama político y social a raíz de la posibilidad de que la fecha de entrega de las armas se postergue, han visto con malos ojos el anuncio que hizo el presidente de ampliar ese plazo .

El senador por el partido Centro Democrático Jaime Amín, por ejemplo, manifestó que ese anuncio 'es reflejo de que han sido las Farc y no el Gobierno las que han dirigido el timón de todo el proceso de paz'.

En consecuencia, manifestó, 'el Gobierno ha permitido y reiterado dar concesiones al grupo guerrillero'.

En ese mismo sentido, el senador por el partido Conservador Efraín Cepeda, manifestó que los acuerdos están 'para cumplirse' y que por tanto 'que las Farc deberían entregar las armas en la fecha estipulada. Nada tiene que ver el fallo de la Corte Constitucional en ese proceso de dejación de armas'.

Lo que se pactó

En el cronograma inicial se acordó que una vez los guerrilleros se concentraran en los puntos transitorios, iba a haber un plazo de 6 meses (180 días) para que su desarme gradual fuera efectivo.

En los primeros 90 días de ese plazo, las Farc tendrían que entregar el 30% de sus armas y destruir el armamento inestable. Posteriormente, en el día D+120, se debía hacer el desarme del otro 30% de las armas y el 40% restante en el día D+150.

Lo que se ha avanzado

De acuerdo con el mecanismo tripartito (conformado por miembros del gobierno, las Farc y la ONU, y que se encarga de vigilar el desarme), uno de las etapas de ese proceso de entrega de armas ya se finalizó: se trata del registro e identificación de las armas. Lo que ha tenido retrasos, indica dicho mecanismo, ha sido la entrega del armamento.

De los 7.000 fusiles registrados, hasta ahora solo se han entregado 1.000. En cuanto a las caletas, de las 949 identificadas, solo han sido destruidas 4. Y en total sólo 12 guerrilleros han recibido su certificado de dejación de las armas.